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Las puyas y rejonazos durante el pleno del Ayuntamiento

6 julio, 2018 16:40

El pleno del Ayuntamiento de Salamanca ha sido este viernes un claro ejemplo de la tensión latente entre los diferentes grupos políticos (Partido Popular, Partido Socialista, Ciudadanos y Ganemos) según se acercan las elecciones municipales de 2019. Así, además de asuntos urbanísticos, económicos y sociales de la gestión local, se abordaron otros que suscitaron un agrio debate por momentos.

Por ejemplo, cuando se aprobaba retirar de forma oficial el título de alcalde de honor al dictador Francisco Franco, el concejal Gabriel Risco, de Ganemos, atacaba directamente al PP por recurrir al Tribunal Supremo una sentencia sobre la efigie del caudillo en el salón de plenos, recordando sus trabas a que se anteriormente se retirara el medallón de Franco de la Plaza Mayor.

“¿Qué le deben ustedes al franquismo? ¿Dónde está la concordia de la que tanto presume el alcalde?”, les espetó. A lo que Fernando Rodríguez, portavoz del Grupo Popular, respondió: “No le debemos nada al franquismo, los únicos que lo recuerdan son ustedes todos los días, son ustedes los que resucitan los bandos. No nos dan ustedes lecciones de concordia”.

Cada uno realiza la interpretación de la ley según conviene. Ganemos pide al PP que no cumpla determinados preceptos en la retirada de la efigie de Franco del salón de plenos, anteponiendo el sentimiento de repulsión al dictador, pero después pide al PP que no anteponga los sentimientos de las víctimas del terrorismo y se debe cumplir la ley sobre la cercanía de los presos a sus familias independientemente del delito que hayan cometido. Y lo mismo se podría decir de los populares, pero al contrario, se ciñen a la ley con el mural de Franco y obvian una parte sobre el traslado de presos.

Ciudadanos se alineó con el PP y el PSOE recordó que el gobierno popular de Aznar no sólo promovió acercamiento de presos, sino que llevó a cabo trescientos mientras ETA seguía matando y secuestrando, rompiendo la dispersión que había iniciado un gobierno socialista. “Sean honestos y sinceros, no utilicen a las víctimas del terrorismo porque se corre el riesgo de banalizar su dolor”, se dirigió el portavoz socialista, José Luis Mateos, a los populares, y también tuvo una puya para el portavoz de Ciudadanos, Alejandro González, sobre los beneficios penitenciarios y el acercamiento de presos. “Usted no fue a clase ese día o no atendió bien”.

El receso que suele hacerse al mediodía enfrió los ánimos, pero volvieron a estallar entre Ganemos y el PP. El teniente de alcalde Carlos García Carbayo, durante una moción sobre transparencia en la adjudicación de contratos municipales, dio un rejonazo a Gabriel Risco, de Ganemos. “Con tanta enredadera (en alusión al nombre de la última operación contra la corrupción en ayuntamientos) se ha enredado. Solo hay un caso, el caso Risco, que consiste en desatender su puesto de trabajo para favorecer a sus amigos”. Y añadió: “Denunció que no había tenido tiempo para leer cincuenta folios en cuarenta y cuatro horas. Mientras el perezoso se relaja y no trabaja el funcionario sí tendría que leerse los folios”.

Pero el edil de Ganemos fue aún más beligerante en su respuesta. “El caso Risco es el de unos concejales sin miedo y valientes que vienen a contar la verdad, a denunciar sus corruptelas, que por primera vez le dice a usted lo que está ocurriendo, y se lo dice en su cara”. Y añadió: “Lo que hay es una persecución en la Junta de Castilla y León, donde trabajo desde hace treinta años, les lleva los demonios que alguien aquí les diga la verdad y quieren que se me persiga en mi lugar de trabajo por mis ideas políticas. Cree el ladrón que todos son de su condición. Usted quiere crear la sombra con métodos fascistas, simplemente porque denunciamos cosas”.

Y, por si fuera poco, echó más leña al fuego Ana Suárez, de Ciudadanos, al calificar algunas mociones de Ganemos como tóxicas e inservibles. La portavoz de la agrupación de electores, Virginia Carrera, elevó la voz al fondo y entró al trapo, pero el alcalde, Alfonso Fernández Mañueco, medió para devolver las revueltas aguas a su cauce. “He escuchado a usted y sus compañeros todo tipo de improperios a los demás concejales de esta Corporación, empezando por mi persona. Y hemos aguantado. No se ofendan ahora si califican sus mociones”, concluyó el alcalde.

Y como toda obra de teatro, tuvo su introducción, nudo y desenlace. En este caso, amable, con el concejal socialista Arturo Ferreras ironizando sobre las fotos que suele hacerse el edil de Turismo, Julio López, para subirlas a las redes sociales, en esta ocasión sobre un Ferrari. "Era un Lamborghini Diablo. Parece mentira que una persona de gustos tan exquisitos no sepa eso", le contestó. Y más veloz que otras ocasiones transcurrió el pleno.