Anthony Blake: "Llevo 36 años creyendo en la magia"
Tras un invierno intenso, con varios espectáculos rodando por España, el final de 'Hora Punta' como colaborador y el inicio y grabación de la nueva temporada de 'Pura Magia', que ha estrenado esta misma semana en la 1 de TVE, Anthony Blake llega a Toro cargado de misterio, incertidumbre, mentalismo y, sobre todo, magia. Esta noche, en el Patio Tradicional San Francisco, a las 22.30h. ¿Preparados para una velada desoncertante?
Su espectáculo es mentalismo puro y duro, nada de magia de cerca tan de moda ahora.
El conocimiento mágico no sobra nunca y en mis espectáculos hay mentalismo, puedo decir que he utilizado recursos de otras ramas de la magia sabiendo que eso lo enriquece y mejora. Pero lo que van a ver los toresanos es a un individuo que, en un momento determinado, les voy a contar sus recuerdos con detalle, siendo suyos y sin que ellos hayan contando nada a nadie. Incluidos nombres y detalles.
El público es una parte fundamental de sus actuaciones.
Yo entro con gesto serio y circunspecto, en ningún momento sonrío, lo cual provoca situaciones paradójicas en cuanto aparecen guiños humorísticos, chistes, comentarios jocosos, incluso picantes, eso hace que el público se implique y participe. El humor es fundamental aunque el personaje sea seriedad en su máxima expresión. Este toque de gracia hace al público más accesible, la dificultad o facilidad depende de lo que yo sea capaz de tranquilidad a quien suba. El escenario es mi casa, es mi lugar natural y yo te invito, tengo que hacer que estés a gusto, que no te cortes. Lo primero es hacer sentir cómodo a la persona que sube al escenario para hacerle accesible. Nunca saco a nadie que no quiera salir porque tú vas a entretenerte. Un músico, un actor, puede actuar sin público porque le sirve de ensayo pero yo no porque mi interacción con el público es el 100% del espectáculo.
¿Es un espectáculo muy ligado a las emociones?
Hay momentos de vértigo, que está asociado al miedo, porque te cuento cosas con tanto detalle que piensas que no es posible. La incertidumbre y la inquietud son totales y eso se transforma en miedo, pero no en terro, sino en un desconcertante asombro. Utilizo técnicas muy sutiles que ruedo siempre en un microteatro en Madrid, La grada mágica, que tiene 39 butacas. Allí, la persona que está más lejos está a 3 metros y medio. Este tipo de técnicas son muy finas y lo mejor es practicarlas de cerca, porque una vez que dominas esos ojos que están encima es milagroso lo que ocurre en un teatro grande.
Actúa en el Patio Tradicional de San Franciso, ¿cómo influye el ambiente en un espectáculo de mentalismo?
No podría actuar en lugares más mágicos. El ambiente influye muchísimo. He tenido varios espectáculos con escenografía (Espíritu, Más cerca o Lo saben todo de ti) pero durante los algunos años tuve que recurrir a la cámara negra y la gran diferencia es que la atención sobre dos individuos haciendo magia es difícil de mantener, el público se cansa antes. Sin embargo, en cuanto la gente entra en el teatro o la sala y ve que hay algo en el escenario, que hay un ambiente, ya se adentra en el espectáculo, por eso actuar en este tipo de lugares te da un plus único.
Ahora podemos verle todas las semanas en la 1 de TVE, en el programa 'Pura Magia'. ¿Preparado para las reacciones?
A mí me preocupo yo. Me preocupa no crear, inventar algo que no tenga sentido o que esté vacío, que no me llegue la inspiración porque el único que pelea por mí soy yo. El tiempo nos da o nos quita la razón y yo llevo 36 años subiendo a un escenario y ahí sigo todavía. Pero en la televisión voy a ser el mismo individuo que el año pasado.
¿Cómo planteas tu trabajo como jurado de magos que comienzan su trayectoria?
Yo juzgo desde mi experiencia. Si yo veo a un mago que empieza y sé lo que está haciendo pero no lo veo, aprecio maravillosamente su trabajo, pero si sé lo que está haciendo y lo veo, diré que está mal hecho y faltan horas de ensayo. Un consejo: hay que ver pocos vídeos porque el vídeo te vuelve clon. ¿Qué se prefiere casi siempre: la película o el libro? Casi todo el mundo dice que el libro porque te implica, con él le pones caras y reacciones a lo que lees. Y en el cine muchas veces piensas "¿Y han hecho esto con aquel dramazo que era increíble?" Con el libro interpretas la historia y con los libros de magia pasa lo mismo. Con un libro de magia, inventas el juego que estás leyendo, no se lo copias a nadie, lo recreas de otra manera, de modo propio. Y esa es mi función en 'Pura Magia', enseñar la filosofía pura y dura del arte de la magia.
Con este tipo de programas, hemos visto que la magia se ha vuelto más popular, sobre todo la magia de cerca. ¿Cómo ha evolucionado el mentalismo?
La magia ha evolucionado a más popular y más fácil de conseguir, con sistemas más simples, sin más trabajo que el mecánico o el automático. Me hace gracia cuando me dicen que soy un mentalista clásico. ¿Clásico por qué? ¿Porque utilizo las manos para trabajar y no la electrónica, que falla 8 de cada 10 de las veces que tiene que funcionar? Para que pueda pensar en utilizar algo electrónico o lo resuelvo de forma manual o no me vale. No puedo descargar toda la responsabilidad de un espectáculo en un aparato, primero por el público y luego por mí mismo, para no dejar a nadie tirado. El trabajo manual es la auténtica de magia, es más de verdad. Se puede utilizar la electrónica, claro que sí, por situaciones, motivos y casos puntuales, pero siempre tienes que poder resolver el tema con las manos porque el día que menos lo pienses te va a dejar tirado.
¿Qué te gustaría que dijera el público al salir de tu espectáculo?
Que no entienden lo que ha pasado. "Me ha encantado pero no entiendo nada, no sé lo que ha pasado pero ha pasado algo muy gordo. Me gustó pero no entiendo absolutamente nada". El desconcierto, en una palabra, pero siempre con una sonrisa.
Última pregunta: ¿debemos creer en la magia?
No te queda ninguna duda, llevo 36 años viviendo de ello. ¿Cómo no voy a creer a pies juntillas y a ciegas? También creo que tenemos una cabeza maravillosa que, por olvido o por vagancia descuidamos, y hay que darle un poquitín de guerra. Antes del móvil, nos sabíamos varios números de memoria, muchos, y ahora no más de dos o tres. ¿Dónde está la memoria que antes utilizábamos para almacenar esos números? La cabeza hay que usarla y hay cincuenta mil métodos. Simplemente con cerrar los ojos 30 o 40 segundos, respirar y a partir de ahí empezar a trabajar de una manera distinta. Si todo esto sirve para eso, bienvenido sea. Cuanto más cultivas la cabeza, más libre eres, y esta es la vida de un mago, sumar, restar, multiplicar y dividir y, en medio, crear. Es una vida apasionante si la llevas con un poco de disciplina.