Foto marihuana

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Salamanca criminal: cultivo de marihuana, la ‘maría’ de la falsa alegría

5 agosto, 2018 18:13

La crónica de sucesos está impregnada cada vez más con hechos delictivos hasta no hace mucho tiempo más propios de grandes urbes, de otras latitudes donde la delincuencia está a la orden del día. Pero la globalización también conlleva la expansión del delito y sus nuevas vertientes, que NOTICIASCYL les detalla cada domingo en una serie, acercándoles los detalles sobre prácticas cada vez más comunes en Salamanca.

Es el caso del cultivo de marihuana, cada vez más extendido y que durante estos meses tiene su apogeo en busca de una buena recolección. El extendido consumo de esta sustancia estupefaciente lleva cada vez a más personas a querer tener su propia plantación para obtener el mayor beneficio posible. Pero no cinco ni diez tiestos, sino una gran cosecha que proporcione kilos de droga para garantizar todo un año de ventas. Así, proliferan las plantaciones de interior.

Hasta hace relativamente poco, el consumo y cultivo de marihuana no estaba tan extendido. Quienes lo acometían buscaban recónditos lugares en el bosque donde estuviera garantizada la continua luz del sol, pero la intensa acción del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, peinando cada palmo del terreno, dio al traste con importantes plantaciones en el monte. Y eso que cada vez es más difícil controlar el medio rural debido al abandono de numerosas parcelas y la falta de limpieza de montes públicos, lo que favorece la proliferación de maleza entre la que camuflar la marihuana.

A su vez, el aumento del conocimiento de los cannabicultores les lleva a plantar más tarde y en interior. Así, cada vez el cultivo está más extendido en viviendas y fincas deshabitadas, principalmente en los pueblos. En los más pequeños, donde la escasez de habitantes y su vejez hace pasar desapercibida a una planta cuyas olorosas señas de identidad suelen delatar su presencia. También se alquilan temporalmente inmuebles con una situación estratégica y naves industriales para instalar allí la plantación, en la mayoría de las ocasiones puenteando la luz para gastar menos durante el proceso de crecimiento de la planta.

Antes se solía cultivar nada más llegase la primavera o incluso antes, en febrero, pero la humedad de estos meses y las pocas horas de luz pueden afectar al correcto desarrollo de las plantas. Las temperaturas por debajo de los diez grados frenan su metabolismo y crecimiento y las hacen más vulnerables a las primeras plagas primaverales. Por ello se planta cuando la temperatura nocturna no baja de quince grados, más en junio, incluso en julio, para que así la cosecha se pueda llevar a cabo en septiembre, cuando comienza el curso escolar y hay más compra de esta sustancia estupefaciente en una ciudad universitaria como Salamanca, con miles de estudiantes llegados de otras provincias.

Es la maría que da la alegría, dicen. Más bien, la falsa alegría, porque a mayor número de cultivadores mayor es la competencia en el mercado negro. Todos quieren ofrecer la mejor droga, la que más efectos produce, lo que conlleva a una adulteración de la sustancia estupefaciente cada vez más dañina para el cuerpo humano. Se adultera el producto para aumentar su potencia estupefaciente. Es muy corriente adulterar cannabis con anfetaminas y cocaína, eso sí, sólo en la muestra que se ofrece para atraer nuevos clientes. Y es que la marihuana es muy barata en comparación con otras drogas, de ahí que no sea muy común mezclar toda una producción con sustancias más caras que al final no reportan beneficios.

Pero la razón principal por la que un distribuidor adultera su producto es para aumentar su peso, con lo que se incrementan las ganancias. A menudo se añade orégano, u otra hierba parecida, para que parezca que hay más cogollo a simple vista. También se añade arenilla o vidrio triturado para imitar el aspecto de los tricomas, con lo que el cogollo reluce y parece que tenga más potencia para el consumidor inexperto. Otro método para aumentar el peso del cogollo es empaparlo en agua. Los distribuidores también suelen engañar a los sentidos del cliente rociando su producto con detergente en polvo, que le da un aspecto más sugerente y hace que el olor a flores sea más pronunciado. En análisis se han encontrado hasta perfumes y diesel. Los efectos sobre el organismo pueden ser también mortales.