Carbajosa de la Sagrada ya celebra sus Fiestas en honor a San Roque del presente año 2018. El Ayuntamiento ha preparado un nutrido programa festivo que se prolongará hasta el sábado 18.

La mañana y la tarde estuvieron dedicadas este martes para los más pequeños y jóvenes con la fiesta del agua y un escape room. A partir de las ocho, inuauguración de las casetas de la Feria de Día, desfile de peñas y chupinazo con el pregón de Leopoldo Reguera, secretario del Ayuntamiento. La noche fue para la música, con folclore y verbena.

El pregonero se jubilará en unos meses después de 31 años como secretario del Ayuntamiento. Por eso quiso agradecer a quienes le han facilitado su labor durante este tiempo, recordando que a su llegada “Carbajosa era por entonces el pequeño pueblo que se ve en la fotografía aérea que hay en mi despacho: no más de ochenta casas habitadas, otra buena parte en ruinas, algunas vacas y cerdos para la matanza, un arroyo seco desde el cambio climático, una vía de tren agonizante con su señal en aspa en el Camino de la Pinilla, “ojo al tren, paso sin guarda”, una escuela unitaria con una docena de niños, un frontón minusválido y un campo de fútbol a tiempo parcial”.

“Pero aquel pequeño pueblo tenía la semilla de lo que debía ser su futuro”, continuó, porque “el tiempo se deslizaba despacio, era una gran y única familia, los niños y los viejos eran de todos. Y las alegrías y las penas. Los saludos en la calle se alargaban y los corros de las noches de verano… Y como ya entonces la mayoría habían venido de fuera, también se respiraba apertura y acogida. No había grupos, todo el pueblo era uno sólo. Era arriesgado entrar en los dos únicos bares, el de Fonseca y de Nachi, porque aquello parecía barra libre, se acumulaban las rondas…”.

Carbajosa de la Sagrada entró en “la vorágine del crecimiento y me dí cuenta de que lo importante no era crecer por crecer, sino mantener aquel espíritu, porque aquello era calidad de vida. Por lo tanto, el objetivo del Ayuntamiento debía ser mantenerla y mejorarla. Para los que ya estaban y para los que iban llegando. Inicialmente venían, veníais, porque la vivienda era más barata que en la ciudad… Pues había que conseguir que una vez aquí, os quedarais por ser el mejor sitio para vivir. Iban pasando los años y el pueblo crecía rápidamente. Mil viviendas llegamos a tener en construcción a la vez algunos años, y los polígonos industriales y las zonas comerciales. No ha sido fácil pasar de aquella aldea a lo que tenemos hoy”.

Así, concluyó insistiendo en que “lo más importante de esta historia es que creo que se conservaen el pueblo aquél espíritu familiar, abierto, solidario y acogedor. Pero, y este es mi mensaje, el pueblo no se hace desde dentro de estos muros, el Ayuntamiento puede poner las bases y algunos marcos, una administración eficiente, incluso unos buenos servicios… Pero el pueblo lo hacen sus gentes, todos y cada uno de vosotros. Es responsabilidad de todos…en el día a día, en el trabajo, en casa y en la calle… Y así conseguiréis que sea el mejor pueblo, el mejor sitio para vivir. Yo creo que lo es, y todos lo dicen, somos los primeros en casi todo. Es nuestra seña de identidad. Pero sólo se permanece en el primer puesto mejorando continuamente…”.