Vigilancia especial en el hospital de Ávila por el virus Crimea-Congo

Un centenar de personas se somete a seguimiento por haber tenido contacto directo con el hombre de 74 años que falleció el miércoles por la fiebre Crimea-Congo después de haber sufrido la picadura de una garrapata en Helechosa de los Montes (Badajoz) el 24 de julio.

El delegado de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández, y la jefa del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad, Sonia Tamames, han explicado detalles de este caso, en el que se efectúa una relación de personas que tuvieran contacto con él "desde que inició sus síntomas", momento en el que pueden producirse la transmisión. Fue hace una semana cuando ingresó en el Complejo Asistencial de Ávila al detectarse los primeros síntomas.

Cabe recordar que el contagio entre humanos solo es posible si se produce un estrecho contacto con la sangre, secreciones u otros fluidos de personas infectadas. La mayoría de afectados son varones adultos con ocupaciones relacionadas con la ganadería: pastores, ganaderos, peones, matarifes y veterinarios. A veces se da en habitantes de ciudad que han contactado con tejidos infectados o picados por garrapatas en el curso de cacerías o excursiones.

Del centenar de personas observadas, dos terceras partes es personal sanitario que le atendió y están dividas entre las de "nivel de riesgo alto" y "nivel de riesgo bajo", ha señalado la epidemióloga. Las primeras deben tomarse la temperatura dos veces al día y deben informar si sufren algún síntoma, mientras a las que forman parte del segundo deben dar cuenta si tienen síntomas como fiebre, diarrea, vómitos o algún otro de tipo gastrointestinal.

La otra muerte por esta enfermedad se produjo hace dos años en un hombre natural de la localidad abulense de San Juan del Molinillo, al que le picó una garrapata en este pueblo y murió en Madrid, donde residía, a finales de agosto de 2016.