"Vi una estampida de gente gritando atentado, atentado, y corrimos como si no hubiera mañana". Así relataba un salmantino hace un año lo ocurrido en la Rambla de Barcelona. José se encontraba paseando con su novia, a la que había ido a visitar, a unos quinientos metros del epicentro del atentado terrorista. Huyeron despavoridos y no pararon hasta la zona del acuario, ya en el puerto marítimo, para encontrarse a salvo. Un año después, recuerda para NOTICIASCYL lo acontecido.

“Aún tengo pesadillas con el atentado de Barcelona”, asegura, explicando que durante las primeras semanas posteriores le venía a la mente con frecuencia las escenas de gente corriendo que vivió en primera persona mezcladas con los heridos y muertos que después vio por televisión. “Me despertaba con una sensación de impotencia increíble y ya muy desganado durante toda la mañana”. Pero con el paso de los meses las imágenes se volvieron esporádicas hasta casi desaparecer. Casi, porque “incluso despierto ahora cuando veo gente corriendo me viene a la memoria lo que pasó, y estos días ya ni te cuento, no voy a poner las noticias para no revivirlo otra vez”.

José no entiende cómo pudo suceder el atentado teniendo en cuenta toda la información que conocían las autoridades. “Ahora que se han ido sabiendo cosas es increíble que les avisaran de la gente radical que había, de las sospechas que tenían, y que no estuvieran más pendientes de esa gente. Y bueno, lo de los bolardos después de lo que había pasado en otras ciudades, no tener precauciones en una calle tan llena de gente, eso clama al cielo”.

Por eso pide a los político “que se dejen de gilipolleces de si hay que ir o no a la manifestación, que si hay que pitar o no al rey, todas esas bobadas de los independentistas, que cada día están peor de la cabeza, y lo digo como lo siento. Lo que tendrían que preocuparse es de que haya más seguridad y más prevención para que lo que pasó en Barcelona no vuelva a suceder”.

Porque José y su novia se dirigían hacia el epicentro del atentado mientras iban mirando tiendas. De no haberse entretenido en algunos puestos quizá ahora sería una de las víctimas. “Siempre que me acuerdo doy gracias. Vete a saber qué hubiera pasado si hubiéramos andado más rápido. Hay mucha gente que ya no está aquí para poder contarlo, lo importante ahora es recordarles y hacerles un homenaje como se merecen. Lo demás es secundario”.