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Las historias que truncó el fatal destino del vuelo del Spanair

20 agosto, 2018 23:29

El 20 de agosto de 2008 el vuelo JK5022 de Spanair, que cubría la ruta Madrid-Gran Canaria, se estrelló poco después de despegar en el aeropuerto de Madrid-Barajas protagonizando una de las tragedias aéreas más graves en España, en la que fallecieron 154 personas y otras 18 resultaron heridas. Entre ellas cinco de la provincia de Salamanca y una de Zamora muy relacionada con territorio charro por trabajo y familia.

Es el caso de Isaac, un joven que pasaba los veranos con sus abuelos en Salamanca, en el barrio Puente Ladrillo. Viajaba a Canarias junto a unos amigos para asistir a un bautizo, pero el fatal destino truncó su historia.

También la de Amalia madre y Amalia hija. Habían pasado las vacaciones de verano en La Fregeneda junto a su marido José y otra hija María, ambos supervivientes de la tragedia. De hecho, María fue la última en salir del hospital. Regresaban a Canarias para volver al trabajo, pero jamás regresaron a su puesto.

Tampoco Teresa, de Cabrillas, ni Tomás, de Fuentesaúco, Zamora, un matrimonio con familia en Salamanca. Tomasito, como se le conocía en su pueblo, donde era muy querido por su amabilidad y simpatía, siempre con una sonrisa en la boca, tenía miedo a volar. Su mejor amigo había viajado al Caribe y Teresa le dijo que si iban también. Pero Tomás no quería un viaje tan largo. Entonces, como su hermana viajaba en barco a Canarias, decidieron encontrarse allí con ella. Aún así, Tomás no viajaba del todo convencido. El fatal destino le dio la razón, de haber optado por el Caribe su historia ahora sería otra, no la que truncó el vuelo del Spanair.