Es agosto. Verano. Época de gran calor y escasez de lluvia, pero, ¿tanto? Después de una primavera con récord de precipitaciones, dejando en mero recuerdo la pertinaz sequía del año pasado, comienzan a encenderse los avisos. Y es que por ejemplo en Salamanca y su comarca no llueve con fuerza desde hace casi más de dos meses.

Según datos oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), fue el pasado 22 de junio cuando cayeron siete litros por metro cuadrado. Desde entonces, apenas cinco días en que ha 'pintineado', pues el agua acumulada ni llegó a superar el litro por metro cuadrado. Incluso en julio no llovió ningún día.

Sí lo hizo la semana pasada en forma de tormenta en las Sierras de Béjar y Francia, también en algunas partes de Guijuelo y el Campo Charro. Por ejemplo, en Tamames el aguacero anegó calles temporalmente. Pero en la capital y su comarca, incluyendo La Armuña, Las Villas, Alba de Tormes y Ledesma, apenas han visto el agua este verano y ya se nota en el campo, haciendo mella sobre terrenos y charcas.

Así, los pantanos acumulan varias semanas perdiendo caudal. Según datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el embalse de Santa Teresa está actualmente  al 73%, pero bajando, mientras que Irueña y Almendra están en torno al 50%, aunque en el segundo caso es uno de los mayores embalses de Europa y acumula más agua que todos los demás salmantinos juntos pese a estar a la mitad.

Según el Ministerio de Medio Ambiente, se dice que se está en sequía meteorológica cuando se produce una escasez continuada de las precipitaciones. Es la sequía que da origen a los restantes tipos de sequía y normalmente suele afectar a zonas de gran extensión. ¿Nos encontramos ya ante esta situación?