Los trabajadores han perdido el miedo a quedarse sin trabajo por coger una baja laboral. Es al menos lo que se desprende de los datos de la Seguridad Social sobre bajas en la provincia de Salamanca, actualizados hasta el pasado mes de mayo.

Así, la tasa se ha disparado por encima del 16 por mil, tres puntos más que el año pasado, rompiendo así un lustro de altibajos más o menos estables. De hecho, los datos actuales son similares a niveles precrisis y los primeros años de la recesión económica.

Los sindicatos denuncian desde hace meses que en la provincia charra la prevención es escasa y las estadísticas muestran cómo la precariedad dispara los accidentes laborales. El pasado año se cerró con siete muertes en accidentes laborales y se ha incrementado la siniestralidad en un 7%. En concreto, se produjeron 3.515 accidentes, el 58% de ellos en pequeñas y medianas empresas.

El índice había disminuido de forma importante hasta 2013, cuando la reforma laboral no se había aplicado de lleno, como a partir de entonces, y ponen como ejemplo que la siniestralidad ha subido un 26 por mil en la actividad agraria, un 28 en la industrial, un 16 en la construcción y un tres por mil en el sector más estable, servicios.