Castilla y León

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Roca es el Rey

17 septiembre, 2018 14:15

Grande tarde de toros! Cuando las cosas se hacen como dios y la tradición mandan, es decir, un cartel bien confeccionado y con matadores que crean ilusión, a pesar de la exageración de los precios, sí, señores Chopera, los precios! porque muchos los pagamos y los sufrimos, el público responde. Que no vengan con mandangas, la gente quiere toros, espectáculo e ilusión. Y las empresas, ganaderos y figuras se la quitan con su corrupción que sale por la puerta grande. Cambios de cromos, 'putadas', despotismos y precios que ni por ver a Messi. Y el público sigue respondiendo en acontecimientos que valen la pena.

Hoy han confluido dos circunstancias en La Glorieta, un cartel bonito y, ante todo, el máximo exponente del escalafón actual, el peruano Roca Rey. Gentes de Babilafuente, como David, de Peñaranda como Agatha -joven y ya madura-, de toda la provincia, de Zamora, de Ávila... de Valladolid e incluso de Madrid, Portugal y Francia hemos visto aficionados. Esa es la atracción del cartel y del jovencísimo Roca Rey, llamado a ocupar un lugar destacado en la Tauromaquia actual. Con Roca Rey, al margen de desarrollar sus faenas que, al modesto entender, se asentaron en cuatro elementos básicos, valor seco y frío, tiempo -qué importante para que el toro aguante una serie y otra-, distancia y terrenos y, cómo no, lentitud, el toreo lento, porque como dice el dicho, 'las prisas para los delincuentes y los malos toreros'.

Roca Rey puso a todo el mundo de acuerdo. Cortó cuatro orejas a dos faenas intensas, de toreo grande, de variedad y muchos recursos. El peruano anda como siempre, suelto, rápido y con mucho poder y temple... ningún 'garcigrande' -hechos al modo actual- ni se le cayó ni se le rajó. Supo levantar a los aficionados de sus asientos con series largas, intensas, profundas y, en algún momento, tragando y quedándose donde solo los elegidos lo pueden hacer. Gran y merecido éxito de Roca Rey que, visto lo visto, una tarde más obligó a trabajar a destajo, esforzarse y sudar a Ponce y El Juli. Los tiempos están cambiando. Ya era hora!

Ponce y Juli, a esforzarse

Enrique Ponce y El Juli vamos que sabían a qué venían a Salamanca. La ganadería a medida de las figuras -qué pena-, bobalicona, flojita y noblota... y esos pitones astillados, ay! Venían a Salamanca a luchar contra un joven que los está poniendo a trabajar. Era hora ya, cachis! Ponce comenzó bien ante un toro flojito. Puso de su parte toda la veteranía habida y por haber, incluso incitando al público a los aplausos. Recorrió todo el albero y se fue al sol a pegar pases y más pases. Es Ponce y su estilo. Es el oficio del que ya está de vuelta y sabe más que 'los ratones coloraos'. Y lo consiguió, arrancó una oreja al primero.

En el quinto, casi más de lo mismo. Un toro casi idéntido al primero. No quiere pelea y Ponce insiste e insiste. Decenas de muletazos, por la derecha y por la izquierda, de pecho y por bajo. Un sector del público se impacientaba porque allí no había más que Ponce y su muleta. Cuando quiso matar estaba pasado de faena y recibió una fuerte ovación de gratitud de Salamanca, una plaza donde siempre ha sido querido. Nos preguntamos si no será su última tarde en La Glorieta. A esperar!

El Juli está como cabreado. Frío toda la tarde. Aburrido, es que son muchos años y toreando y barriendo todo lo habido y por haber -de la mano con Ponce camina. Sabía la que se le venía encima con Roca Rey. Ponerlo a trabajar, a sudar y esforzarse. Se le notó más acelerado que en otras ocasiones. La faena tardaba en calar en los tendidos. El toro tampoco era para 'echar cohetes', flojito y escaso de raza, pero el matador madrileño no se puede quejar, son toros fabricados para ellos, que los piden... y así nos va, ay! También se pasó de faena buscando el trofeo, pero no tuvo suerte con el descabello. Fuerte ovación y saludos desde el tercio a la raza, sí, pero son otros tiempos ahora cuando ya no 'manda'.

En el quinto, otro flojito y bonachón de Garcigrande, casi 'anovillado', y, además, sin gracia alguna, El Juli brindó al público y buscó, al menos, igualarse con Roca Rey. Pero las series no eran más que muletazos a la inercia del animal. Estuvo con su raza habitual y muy cabreado. Tanto fue el mosqueo que no sabemos si la estocada en bajonazo y guardia fue por ese motivo... El caso es que a un estoqueador de los mejores y 'gran figura' eso no le puede pasar. Lo reconoció no saliendo a saludar la ovación.

Así terminó una Feria que pasará a los anales como la que confirmó a Roca Rey como gran figura. Cuatro orejas de mérito y un toro, el tercero de Domingo Hernández, al que se le dio la vuelta al ruedo. De acuerdo. Pero parece un mal sueño que algún sector de la plaza pidiera el indulto -se supone que estarían de broma visto el indulto del Montalvo-. El público contento con el peruano, era comentario en tertulias de bar, corrillos y tendidos. Era la confirmación de que el escalafón está cambiando. De que llegan nuevos aires. Nuevas caras. Nuevas formas. Porque la mayoría de lo que tenemos hasta ahora aburren ya, pese a la Casa Chopera, los Matilla o BAL. El público quiere otra cosa... y cuando se le da, como hoy, responde. Pena las ausencias de otros dos que van a lo grande, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante -los vetos que corrompen este sistema putrefacto-, con ellos la Feria hubiera sido más Feria y no estos carteles de pueblo, cachis!

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Glorieta. Penúltima de la Feria de la Virgen de la Vega, queda la corrida de rejos del día 21. Lleno en los tendidos. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande (4º). Hubo un gran toro, el 3º, premiado con la vuelta al ruedo. El resto, flojos, noblotes, el de peor condición, el 2º.

Enrique Ponce, oreja y ovación.
El Juli, gran ovación tras aviso y ovación.
Roca Rey, dos orejas en cada uno de sus toros.