Aritz Aduriz, Joseba Llorente, Jaime Mata… y Roger Martí Salvador. Estos son solo alguno de los nombres de delanteros de quilates de los que se guarda un recuerdo muy grato a orillas del Pisuerga, sobre todo del último, que pasó por la capital en la temporada 2014/2015, que volvió en el mercado invernal de la 2015/2016, tras las cesiones del Levante y que volverá con el cuadro granota este jueves a Zorrilla, para amenazar con una pistola muy bien cargada desde que arrancara la temporada.

Tras muchos años de cesiones, de idas y venidas, de su paso por Zaragoza o por Valladolid, parece que Roger Martí, a sus 27 primaveras, ha encontrado el sitio y el lugar que merece, con su equipo y además en la Primera División del Fútbol español donde acumula esta temporada cuatro goles en cinco partidos.

Sin estabilidad

Roger arranca su trayectoria futbolística en las categorías inferiores del Valencia, en el Valencia Mestalla donde anotó un gol en 15 partidos antes de su paso meteórico por el Burjassot C.F. y de recalar, en 2011, en la cantera del eterno rival, el Levante, equipo con el que llegó a disputar 320 minutos en sus dos primeras temporadas.

El club no quería desprenderse del ariete y este buscaba más minutos por lo que tuvo que hacer las maletas rumbo cesiones. Primero para llegar al Real Zaragoza donde el de Torrent pudo disfrutar de 2.682 minutos repartidos en 36 encuentros para marcar un total de 12 goles.

Ese año se pudo vaticinar lo que a día de hoy es Roger. Un delantero rápido a la contra. Con movilidad entre líneas buen disparo y que maneja a la perfección las dos piernas. En esa ocasión, sus dianas solo valieron al Real Zaragoza para mantener la categoría antes de aterrizar en Valladolid.

Una inoportuna lesión

A principios de julio de 2014, Roger llegaba hasta la capital del Pisuerga, cedido por el Levante en un acuerdo en el que Víctor Pérez se marchaba al cuadro granota y con Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, ahora entrenador del Espanyol, en el banquillo blanquivioleta.

En esa temporada 2014-15, el Pucela comenzó como un tiro con cuatro triunfos en los primeros cinco partidos y con un Roger que mojó en dos de ellos, en el 3-1 ante el Racing de Santander, en plenas Fiestas de la Virgen de San Lorenzo y en el 0-1 ante el Alcorcón, hasta que llegó el fatídico 28 de septiembre de 2014.

En el choque ante el Sporting de Gijón, el ariete sufría una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha para estar seis meses en el dique seco, volver, y ver cómo su equipo, en Playoff, no era capaz de meter en la final del mismo tras caer contra Las Palmas.

Tras su paso de nuevo por el Levante en la 15-16, la falta de minutos le volvió a traer hasta Pucela en el mercado invernal en una temporada totalmente aciaga para el Real Valladolid que miró más a la 2ªB que a 1ª. Pese a ello, el delantero hizo 8 tantos en 19 partidos y dejó un gran recuerdo en la parroquia pucelana que nunca dejó de aplaudir su garra y entrega.

Un nueve de diez

Las cesiones, que no las lesiones, se acabaron para Roger tras su paso por Pucela. En la 16-17 fue el claro artífice del ascenso levantinista con 22 goles en 37 partidos, mientras que un año después veía truncado el sueño de jugar en Primera con otra rotura del ligamento cruzado anterior, en esta ocasión en la pierna izquierda en un partido amistoso de pretemporada ante el Almería.

Tras estos malos tragos, el kíller del Levante se ha asentado en la punta de lanza y es un auténtico peligro para todo rival que ante él se enfrenta porque demuestra su hambre insaciable y sus ganas en todos y cada uno de los encuentros que disputa.

Esperemos que este jueves, ante el Pucela, “el pistolero” no acuda a su cita con el gol y que los Roger, Pedro López (otro conocido para la parroquia blanquivioleta) y compañía salgan de vacío de su visita a Zorrilla.