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Un Villarreal lanzado amenaza al Pucela

30 septiembre, 2018 00:36

Sin presión y sin nada que perder. Así visita el Real Valladolid el siempre complicado feudo del Villarreal, donde tan solo ha vencido en una ocasión y empatado en otra en sus once visitas al estadio de La Cerámica. Los locales, comandados por Javi Calleja, todavía no han conseguido ganar frente a su público, y tras esa última victoria contundente en Bilbao por 0-3, arriban en su mejor momento de juego y con Pablo Fornals en estado de gracia.

Sin embargo, el Pucela no tiene nada que perder. Venció, y de qué manera, al Levante, desterrando presiones y malos augurios, situándose fuera del descenso y demostrando que está más que capacitado para competir de tú a tú ante cualquier rival. Pero el de este domingo no es un rival cualquiera. Los amarillos son desde hace ya varios años un conjunto que lucha por Europa cada temporada, que mantiene su filosofía de juego de toque y posesión y que, a pesar de perder futbolistas cada año, siempre encuentra un líder en el campo.

Un once muy reconocible

El once tipo de Javi Calleja se puede recitar de memoria. Un 4-4-2 muy marcado, siempre con un futbolista de banda muy marcado y otro situado en el costado contrario que ocupa más posiciones centradas; arriba, dos delanteros muy versátiles, que buscan constantemente desmarques de apoyo y ruptura, algo muy difícil de defender siempre.

La portería es cosa de un hombre, de un viejo conocido pucelano: Sergio Asenjo. En defensa, la pareja formada por Álvaro y Víctor Ruiz, futbolistas con muchísima experiencia en Primera, se ha instaurado en Liga. En los laterales, Calleja tiene diversas opciones, desde una posibilidad muy ofensiva con Layún o Pedraza ocupando puestos defensivos, hasta la más habitual en los últimos encuentros, con Mario Gaspar y Jaume Costa.

La lesión de Cáseres ha abierto la puerta a Funes Mori, central reconvertido en pivote defensivo que está cumpliendo mejor en esta demarcación que en el eje de la zaga, donde ha acumulado errores que han penalizado al equipo groget. Junto a él se sitúa el centrocampista más creativo, Trigueros, por el que pasan todas las acciones de ataque amarillas. Es en los costados de ataque donde más puede variar el Villarreal de una jornada a otra. Con Fornals en estado de gracia tras su última actuación y ocupando uno de los perfiles de banda; Layún, Cazorla, Pedraza o incluso Sansone pueden partir del lado contrario.

Pablo Fornals, en el encuentro ante el Athletic. Foto: LaLiga

En ataque aparecen tres opciones, aunque uno de ellos lleva la delantera. Gerard Moreno es el más titular de los tres, con Bacca habiendo adelantado a Toko Ekambi en las últimas jornadas. Entre los tres forman una dupla de ataque muy peligrosa, con Moreno buscando opciones en todo el perfil ofensivo y el colombiano fijando a los centrales y tratando de ganar su espalda. Una ardua tarea que tendrán que controlar Calero y Kiko Olivas, ante un equipo que amasa sus posesiones y trata de encontrar espacio a las espaldas.

Las amenazas amarillas

Pablo Fornals es, en estos momentos, el jugador más en forma del Villarreal. Su encuentro ante el Athletic fue una auténtica cátedra de cómo jugar bien al fútbol, encontrar a sus compañeros, buscar espacios y aprovechar su calidad en los metros finales. Todo ello sin olvidarse del golazo que anotó con un tiro desde el centro del campo aprovechando que el portero rival estaba adelantado. Pero no todo es Fornals.

Las acciones de Gerard Moreno en el último cuarto del campo son siempre peligrosas, asociándose con los compañeros en banda, buscando pases entre líneas y amenazando con esa gran zurda que posee el canterano amarillo. Por si no fuera poco, Bacca es un maestro del remate al primer toque, a pesar de que no ha empezado con la puntería muy afinada. A eso hay que sumarle la capacidad ofensiva de sus laterales y los centros que llegaran por banda, un aspecto que el Real Valladolid no defendió bien Vigo y que también le costó el gol del Levante.

No obstante, no todo son amenazas, también existen debilidades. La primera de ellas puede considerarse un aspecto anímico, pues el no haber conseguido ganar en tu feudo en cuatro encuentros podría dar lugar a ansiedad por parte del equipo local, con el público nervioso por querer celebrar la primera victoria en La Cerámica. De eso puede aprovecharse el Real Valladolid, que deberá estar muy atento en las vigilancias defensivas y mostrarse atrevido con el balón en su posesión, sobre todo en el centro del campo, donde se presenta una batalla muy importante que puede resolver el partido.