Comportamientos violentos vuelven a salpicar al fútbol base
Comportamientos violentos vuelven a salpicar el fútbol base, en esta ocasión en la provincia de Salamanca. El último partido entre los equipos infantiles de Peñaranda y Unionistas disputado en la localidad bracamontina terminó con una tangana que a punto estuvo de derivar en agresiones físicas de no ser por la mediación de quienes sí consideran el deporte como sólo eso, un juego, una competición saludable.
La polémica saltó porque hubo intercambios de entradas duras entre los jugadores durante el partido. Los ánimos estaban muy tensos y un jugador del Peñaranda realizó gestos inapropiados a la grada. Entonces, un padre de Unionistas le escupió. De hecho, el encuentro terminó con dos expulsados y siete amonestados con tarjeta amarilla, algo impropio para un partido de infantiles.
Ambos clubes han emitido un comunicado conjunto en el que denuncian "cualquier comportamiento individual, sea de quien sea y defienda los colores que defienda, que no vaya alineado con una práctica deportiva sana y comprometida con una formación y una educación basadas en valores como la solidaridad, la generosidad o el compañerismo; tanto con los rivales, como con los árbitros, los familiares de los deportistas o cualquier otro sujeto parte de la actividad".
Asimismo, solicitan "la recapacitación de los padres, familiares y amigos de los jugadores, que en todo momento deben comprometerse a mantener una actitud activa encaminada a crear un entorno deportivo limpio. El objetivo es que la práctica deportiva conlleve valores positivos, tanto individuales como sociales, y se aleje por completo del conflicto y la crispación". Por eso, cada uno de los clubes tomará las medidas disciplinarias oportunas, aplicando en cada caso sus códigos internos y las sanciones pertinentes.