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Alfonso Fernández Mañueco, político desde la cuna

6 diciembre, 2018 09:45

Alfonso Fernández Mañueco ya no será alcalde de Salamanca, cargo al que ha renunciado para dedicarse plenamente como candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León en las elecciones autonómicas de 2019. Regresa a la política autonómica de primer nivel, que bien conoce tras una dilatada carrera en la administración pública. No obstante, ser político lo lleva en la sangre y desde la cuna.

Nacido en Salamanca el 29 de abril de 1965, es el hijo del Marcelo Fernández Nieto, quien fuera alcalde de Salamanca entre 1969 y 1971. Su infancia la pasó entre los colegios Francisco de Vitoria y Maestro Ávila, estudiando posteriormente Derecho en la Universidad de Salamanca. Allí ya apuntaba maneras de líder, pues fundó en 1985 la primera asociación de estudiantes de Castilla y León, AEUS. Se licenció y se diplomó por la Escuela de Práctica Jurídica de Salamanca, ejerciendo durante dos años como pasante en un despacho de abogados. Al mismo tiempo, conoció a Fina, su actual esposa y con la que tiene dos hijas.

Si fue pionero en la Universidad, también desde muy joven se introdujo en la política. Con la mayoría de edad se afilió a Nuevas Generaciones del Partido Popular, siendo nombrado en 1993, con apenas 28 años, secretario general del PP en la provincia de Salamanca, puesto que ocuparía hasta 2001, cuando ascendió a secretario general de Castilla y León. Durante esa etapa fue elegido concejal del Ayuntamiento de Salamanca y diputado provincial. Era 1995 y apenas tenía treinta años. Alfonso Fernández Mañueco era considerado el futuro del PP en la provincia charra. Así, pasó a ser vicepresidente de la Diputación, al frente de la delegación de Infraestructuras y en 1996 presidente de la institución provincial, cargo que mantuvo hasta 2001.

Con el nuevo siglo, Juan Vicente Herrera lo llamó para ser su número dos tanto en el partido como en la Junta de Castilla y León, donde primero ocupó la Consejería de Presidencia y Administración Territorial y después de Interior y Justicia, cargo que ocupó hasta 2011, cuando materializó su candidatura a la Alcaldía de Salamanca. “Han sido diez años intensos como consejero del Gobierno de Castilla y León, en los que he dado lo mejor de mí, en ocasiones a costa de los que están a mi alrededor. Es una labor muchas veces impagable, a menos que se pueda pagar con cariño y agradecimiento”, afirmaba entonces.

Parecía que había sido un paso hacia atrás en su carrera política, pero Mañueco se encargaba de asegurar lo contrario, “ante el reto más importante de mi vida política y que tanto me ilusiona. Salamanca es mi casa, es mi tierra, aquí está mi gente, quiero a esta ciudad y me siento querido y es el mejor sitio para desarrollar mi actividad política. Así lo he hecho siempre y afronto con muchísima ilusión este nuevo compromiso de servicio a los salmantinos”, aseguraba.

En esas elecciones municipales logró el mayor número de concejales en la historia de la democracia en el Ayuntamiento de la capital del Tormes (18 concejales del PP por 9 del PSOE). Al mismo tiempo, sonaba como sucesor de Herrera para la Presidencia de Castilla y León. No cuajó esa candidatura y en 2015 repitió como alcalde de Salamanca, pero ya sin mayoría absoluta (la primera vez desde 1995 que la ostentaba el PP). Desde entonces han sido años de constantes rumores, a la espera de si Herrera dimitía para ser nombrado presidente y después candidato en 2019.

El camino no ha sido el esperado y Mañueco tuvo que vencer en 2017 a Antonio Silván, alcalde de León, en las primarias a presidente del PP de Castilla y León, y por tanto candidato. Incluso el convulso devenir de la política nacional, con varios comicios, moción de censura y cambios en la ejecutiva nacional del PP, han dejado en el aire una candidatura que ahora es oficial. Toda una década esta última de parar golpes y mover al equipo, algo a lo que ya acostumbraba en la infancia, cuando era portero de fútbol. Ahora le toca ser delantero y goleador. ¿Le dejarán los rivales?