El Real Valladolid disputa la última jornada del año en un estadio tan exigente como lo es San Mamés, ante un equipo siempre combativo como el Athletic Club de Bilbao, más allá de lo que digan clasificación y estadísticas de la temporada. Un duelo que, por la situación de uno y otros, es de vital importancia para ambos. Los locales quieren seguir en la buena dinámica en la que están desde la llegada de Garitano al primer equipo; y los visitantes ansían cerrar un majestuoso 2018 con sensaciones todavía mayores.

El Athletic sigue sumido en la irregularidad más regular de los últimos años. Sin encontrar los resultados positivos, es cierto que no ha perdido demasiados partidos, pero los numerosos empates le han lastrado tanto hasta situarlo en puestos de descenso. Todo un drama en Bilbao. Sin embargo, las alarmas se han encendido paulatinamente, sin desatarse la locura, y tras la destitución de Berizzo y la promoción de Gaizka Garitano al primer equipo, poco a poco las cosas se están reconduciendo. Sin olvidarse, tampoco, de las elecciones que se avecinan el próximo 27 de diciembre, que condicionan todo futuro próximo.

Con el exentrenador blanquivioleta en el banquillo, los vascos no han encajado gol en tres partidos. Debutó con la goleada en Copa ante el Huesca y logró la primera victoria en Liga también en su estreno, por 1-0 frente al Girona en casa. Tampoco sumó goles en contra en Mendizorroza, donde arañó un buen empate sin goles para sumar cuatro puntos en seis partidos.

Foto: LaLiga

El problema del gol

Los leones acusan el mismo mal que el Real Valladolid: la falta de gol. Ambos equipos solo han anotado 15 dianas en idénticos encuentros, por lo que cada tanto que consiguen es un diamante en bruto. Los bilbaínos sí han encajado más (23) por lo que el primer objetivo de Garitano ha sido cerrar su portería para ir sumando puntos. La debilidad goleadora del Athletic se hace aparente en las cifras de sus delanteros: tanto Aduriz como Raúl García han metido un solo gol hasta la fecha.

Quienes están llevando las riendas en este apartado son Williams y Muniain, con cuatro unidades en su casillero anotador. Eso sí, con Garitano, en Liga, le está costando un mundo marcar al conjunto rojiblanco. En estos dos encuentros, han rematado en 31 ocasiones, para hacer un único gol, logrado además desde el punto de penalti.

Si se cita ese penalti, hay que hablar del VAR. Resulta ya un clásico relacionarlo con el Real Valladolid, que no está saliendo nada bien parado del uso de la tecnología, que no de la tecnología. Porque el problema, tanto para pucelanos como para vascos, no es la herramienta en sí, que ya ha quedado de sobra demostrada que es muy necesaria en el fútbol; sino en el uso que se hace de ella. En San Mamés la conocen, para bien, tras las últimas decisiones, las mismas que han dejado mal sabor de boca en el Real Valladolid.