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Salamanca criminal: trucos de los carteristas y cómo evitarlos

23 diciembre, 2018 07:47

La crónica de sucesos está impregnada cada vez más con hechos delictivos hasta no hace mucho tiempo más propios de grandes urbes, de otras latitudes donde la delincuencia está a la orden del día. Pero la globalización también conlleva la expansión del delito y sus nuevas vertientes, que NOTICIASCYL les detalla cada domingo en una serie, acercándoles los detalles sobre prácticas cada vez más comunes en Salamanca.

Es el caso de los carteristas, el robo más típico de estas fechas navideñas aprovechando las aglomeraciones en calles comerciales, supermercados y grandes almacenes. Un delito donde interviene la astucia del ladrón gracias a sus juegos de manos, la distracción de la atención y la manipulación de la mente de la víctima.

Un delito en el que intervienen varias personas, pues están quienes ojean y señalan a las posibles víctimas por su vulnerabilidad; quienes hacen el seguimiento para cometer el robo en el momento óptimo según las circunstancias, y una vez que han recibido el aviso de los encargados de fichar a las víctimas; y quienes, perpetrado el robo, permanecen cerca del ladrón y reciben la cartera para quedar limpio el delincuente en caso de problemas o testigos del hecho.

Entre los carteristas hay distintos tipos. Están los ‘piqueros’, quienes sustraen carteras usando el pico que forman con dos de sus dedos; las ‘bolsilleras’, que roban objetos del interior de los bolsos de las mujeres; quienes utilizan un periódico como una ‘muleta’ que colocan disimuladamente para impedir que la víctima vea como le hurtan la cartera u otros objetos de valor, como teléfonos móviles; y quienes, con la excusa de limpiar una mancha del traje del ‘pringao’, en realidad le roban la billetera. También están aquellos que con excusa de bailar con motivo de la fiesta, en realidad aprovechan para localizar dónde está la cartera y la sustraen.

El truco clásico de los carteristas es simular un tropiezo para chocar contra la víctima y aprovechar para quitarle sus pertenencias. Una versión es simular un choque entre dos personas con la víctima, aprovechando la confusión y la discusión para obtener el botín. Pero hay otras tácticas son más psicológicas, provocando una conversación en la que el ladrón realiza aspavientos con sus manos de tal manera que distrae la vista de la víctima sin que se entere de que está cogiendo su cartera. Así, un movimiento de arco hace que la mirada se enfoque en la mano, permaneciendo ahí, mientras que una línea recta hace que los ojos vuelvan al principio de la línea y salten entre los dos puntos. Porque cuando hacemos un movimiento ocular sacádico nuestro sistema visual se vuelve ciego, se puede ver el principio y el final pero mientras que el ojo se mueve no se puede ver.

Por supuesto, si uno quiere jugar con la percepción de alguien, un buen momento para probar es por la noche cuando, después de unos tragos, todo se torna confuso. Simular un mareo o abrazarse a alguien fingiendo estar borracho es otra de las tácticas de los carteristas en la noche salmantina. Y en una ciudad turística como Salamanca, los ladrones a menudo se hacen pasar por turistas también: piden a la gente que les ayude a determinar su propia ubicación, muestran el mapa y mientras la víctima bien intencionada trata de ayudar, el ‘pseudoturista’, a escondidas, saca algo de su bolso o bolsillo.

Las personas con auriculares puestos son la víctima ideal, puesto que ya están distraídos con la música. La forma más fácil es hacerse con el teléfono: los ladrones sacan sigilosamente el cable de los auriculares del teléfono y hábilmente se llevan el teléfono. La víctima, al principio, cree saber lo que ha pasado: lo primero que hace es mirar sus auriculares, pensando que el problema está en ellos. Y sólo después de un tiempo, entiende lo ocurrido realmente. Especialmente, este método es ampliamente utilizado en el transporte público con mucha aglomeración cuando una persona se centra en encontrar en su bolso billetes, monedas o tarjetas.

Y si eres de esas personas a las que les gusta colgar el bolso o la mochila en el asa del carrito de la compra, puedes fácilmente convertirte en la víctima de los ladrones en tiendas. Los representantes de este tipo de carteristas suelen pedir cordialmente que lo ayuden a encontrar un producto en particular. Mientras tú estás tratando de ayudar dirigiendo todos tus pensamientos al objeto de búsqueda, de tu bolso puede desaparecer algo que descubrirás ya estando en la caja registradora.

Consejos antes de salir de casa

- Lleve lo estrictamente necesario en un lugar seguro, mejor en los bolsillos delanteros del pantalón que en los traseros si carecen de botón o en los de la camisa.
- Si necesita portar documentación personal, sustitúyala por fotocopia compulsada, dejando los originales en su lugar de residencia, hotel o consigna.
- Utilice carteras o bolsillos interiores en lugar de riñoneras exteriores.
- Reparta el dinero en diferentes bolsillos, no mezclando nunca documentación con todo el dinero.
- Si se lleva dinero suficiente, no lleve tarjetas de crédito. Después del robo del dinero en efectivo pueden llegar cargos por uso fraudulento de tarjetas al duplicar las mismas o utilizarlas sin el consentimiento del titular.

Consejos cuando se está en la calle

-No haga ostentación de lujos innecesarios, como cadenas de oro, relojes, joyas, máquinas fotográficas, etc.
- Si lleva mochila, pásela al frente si transita por lugares con aglomeración. Evitará así la posibilidad de que le abran bolsillos o se la rasguen para extraer objetos.
- No pierda de vista sus pertenencias en ningún momento y vigile su bolso o cartera en las concentraciones de gente, donde los carteristas actúan coordinadamente.
- Evite entrar en juegos de azar callejeros, apuestas y propuestas de negocios fáciles y rápidos. Son un fraude y suelen constituir timos.
- Desconfíe de ayudas sospechosas como las de quien avisa de manchas en la ropa o de averías en un vehículo. Pueden formar parte de una estrategia para robar en la que la víctima es usted.
- Desconfíe del atractivo que parece sentir una persona desconocida por usted, hay ocasiones que puede tener segundas intenciones.