De la tragedia dolor y del dolor un poema para recordar

“Se me antojó un monumento en el final del camino, que sea la luz preciosa con un lazo amarillo y rosa, marcando el fatal destino, recuerda el dolor que siento. Ondeando al son del viento, bajo el cielo como fondo y por la noche una estrella, que es señal de la más bella, con menos no correspondo como alivio a mi tormento”.

Estos versos conforman el poema titulado ‘Una Cruz en el Camino’, que se ha convertido en el himno de apertura y cierre de los Actos de las Asociaciones de Víctimas de Tráfico de España, y que fue compuesto por Luis Mariano San Millán Bustillo, tras perder a su hija de solo 22 años en un accidente de tráfico en la A-6, en Tordesillas.

“Cuando pierdes un hijo te arrancan parte de ti y ya jamás vuelves a ser el mismo”, nos cuenta nuestro entrevistado, palentino de Herrera de Pisuerga y 59 años que llega a su cita con NoticiasCyL con el cd del himno que nos cede amigablemente antes de una charla dura y con mucho sentimiento.

Pregunta. Han pasado ya cuatro años desde aquel terrible accidente. ¿Cómo lo recuerda?

Respuesta. Sin lugar a dudas fue el peor momento de mi vida. Es una situación tan cruel y antinatural que no hay palabra que lo defina. Viudo si pierdes a la mujer, huérfano si pierdes al padre… pero cuando pierdes a un hijo te arrancan parte de ti y ya jamás vuelves a ser el mismo.

P. ¿Qué ocurrió aquel fatídico 15 de septiembre de 2014 en la A-6, en Tordesillas?

R. Mi hija Albita, 22 años, montó en un vehículo conducido por un joven sin carné de conducir propiedad de su tía. Nada más pasar el cruce de entrada a Tordesillas en dirección Salamanca se salió de la carretera superando todos los límites con el resultado de fallecimiento instantáneo de la niña y conductor completamente ileso.

P. Esa llamada de teléfono en la que es informado de lo ocurrido tiene que ser un palo tremendo.

R. Estaba en una reunión de la comunidad de vecinos y me llamó mi mujer para que fuera a casa. Cuando llegué me encontré en el salón a mis compañeros jefes de Policía Local nocturna desencajados sin poder articular palabra. Me dieron un teléfono para que fuera la Guardia Civil de Tordesillas quien me comunicara la terrible noticia.

P. Un palo también para su mujer, Pilar Alcalde,

R. Indescriptible. En una situación así lo único que te mantiene en pie es la necesidad de ayudar a no caer al que tienes al lado. Casualmente somos dos personas fuertes, supervivientes en situaciones complicadas y aunque esto sirve de vacuna no es suficiente ante una sobredosis de este tipo. Es imprescindible la ayuda profesional externa.

P. ¿Cómo era Alba? Iba a graduarse con esos 22 años como Ingeniera Industrial si mal no tengo entendido.

R. Tremendamente cabezota. Nada se le ponía por delante. El primer de universidad se lo perdió por un ingreso hospitalario en Madrid que le impidió acudir a clases y exámenes. Se empeñó en acabar la carrera de Grado en Ingeniería de Organización Industrial en los 3 años restantes y lo consiguió. Tenemos el título en casa que no llegó a ver. Aparte de esto realizó las prácticas de empresa, dos cursos de alemán por la UVA, sacó el carné de conducir, era camarera eventual cuando no había exámenes a la vista en un conocido establecimiento de Valladolid y acudía puntualmente y sin falta a todas las fiestas universitarias. Era muy divertida.

P. Incluso, si mal no tengo entendido, iba a dar un discurso en la graduación de su promoción…

R. Así es. Sorprendido el Director de la Escuela de Ingeniería Industrial (UVA) de esta proeza en tiempo récord le pidió el discurso en representación de los alumnos en el acto de graduación pero tres días antes nos dejó causando un tremendo dolor en todo el mundo universitario y también entre el ambiente juvenil de Valladolid.

P. Texto que se quedó en su ordenador tristemente.

R. Sí. Ya tenía escrito el discurso, ágil, entretenido y divertido, acorde con el vestido rosa de princesa que iba a estrenar diseñado por Silvia Navarro y los taconazos luciendo sonrisa contagiosa. Nunca pasaba desapercibida. La escuela tuvo que improvisar pidiendo a un compañero esta complicada tarea. Emocionado habló en nombre de los dos.

P. Lo que no quedó en el olvido fue el poema que usted creó en el lugar de los hechos. ¿Le salió del alma?

R. Me salió de lo más profundo y además con prisa. Me gusta escribir poesía y contemplando la cruz con lazo amarillo y rosa, colores preferidos de Alba, que coloqué en el lugar del accidente, me entraron unas irresistibles ganas de contar lo que sentía.

P. Tardó cinco minutos en componer ese poema cargado de significado y dolor…

R. Algo más de cinco minutos. Los versos salían a borbotones pero el hipo los iba colocando en renglones torcidos mojados por las lágrimas que caían cuando rebosaba la capacidad que pueden soportar los ojos. Luego la recomposición tampoco fue fácil porque la rabia se empeñaba en seguir actuando cada vez que cogía el poema.

P. Un poema que se convirtió en canción de 2:45 minutos tras ponerle música Miguel Ángel Cantera, el director de la Banda Municipal de Música de Palencia. ¿Cómo surge la iniciativa?

R. Todo vino prácticamente rodado, como si “alguien” desde el infinito se pusiera a mover hilos. Nunca pensé que este sencillo y emotivo poema llegara a tener esta transcendencia. Se lo enseñé a mi amigo y compañero Miguel Ángel Cantera y puedo contar que viví un momento de sensación tan expectante como extraña, mientras lo leía por tercera vez hacía gestos con su mano como si estuviera viendo notas musicales y al cabo de un mes me llamó para presenciar el primero de los ensayos con sus músicos maestros. Me moría de ganas de oír la voz de cristal de una soprano sobre aquella base musical cantando los versos que tenían tanto significado para mí.

P. ¿Cómo fue esa presentación en el Teatro Principal?

R. Espectacular. Acojonante si se me permite. Nerviosos todos. Muy emotiva. Además se da la circunstancia de que Pilar, mi mujer, es la directora y programadora del Teatro Principal de Palencia y no sabía nada de nada hasta dos días antes del estreno. Era sorpresa pero no me quedó más remedio que contarle lo que se venía encima. Lo habíamos pactado con Hevila Cardeña Castro, soprano que daba un concierto en este nuestro espacio y tuvo la gentileza de cantar esta canción en su repertorio. El resultado puso en pie a todo el público que llenaba la sala.

P. La canción se ha convertido en el himno de apertura y cierre de los actos de las Asociaciones de Víctimas de Tráfico de España. Supongo que será un orgullo.

R. Tal cual. El día del estreno mandé instalar un equipo de grabación bajo la supervisión del maestro Felipe Monje Sánchiz que luego lo remasterizó en los estudios 440 Remastering de la Warner B. en Madrid. Registramos la letra y música en el Registro de la Propiedad Intelectual de la Junta de Castilla y León con su Depósito Legal y a continuación mediante un documento con la Sociedad General de Autores y Editores de España se cedieron todos los derechos a las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico STOP ACCIDENTES y a la FUNDACIÓN A VÍCTIMAS DE TRÁFICO. La canción quedó tan linda y el detalle gustó tanto que en conjunción con la Dirección General de Tráfico lo eligieron como Himno para las víctimas de tráfico de toda España.

P. El himno siempre ha apuntado que es un homenaje pero no un duelo…

R. Efectivamente. Un himno es un canto o texto narrativo que expresa sentimientos positivos identificando a un colectivo con un merecido recuerdo en diversos actos, mientras que el duelo es un proceso de adaptación emocional inevitable que sigue a cualquier pérdida.

P. El dinero del himno lo cede a las Asociaciones para la acción de los psicólogos que es clave tras un accidente…

R. Sí. Una vez remasterizada la pieza me encargué de hacer una edición musical con una tirada de 1.500 ejemplares, con cuatro patrocinadores que corrieron con los gastos, para regalarlos a las asociaciones propietarias ya de los derechos y que lo tuvieran a su disposición en apertura o cierre de actos. Además, todo el dinero que se genere por la difusión o emisión de este canto pasa directamente a estas asociaciones y se utiliza para costear los gastos de psicólogos y otras ayudas que pueda necesitar cualquier afectado. No olvidemos que nadie está libre de verse en esta situación.

P. En estas fechas y a pesar de que la DGT elabora campañas y se empeña en aumentar los controles se producen muchos accidentes. Comidas y cenas de Navidad, alcohol… ¿Qué mensaje lanzaría a la sociedad?

R. Insistir en todo lo que se ha repetido siempre, prudencia y sentido común. Las campañas informativas están muy bien pero nos quedamos cortos. Un vehículo es una máquina muy útil que puede pasar de ser el mejor aliado al peor enemigo en un solo instante, pero no olvidemos que la culpa, normalmente, es del conductor. Es preciso educar a los futuros conductores desde bien pequeñitos, es obligatorio y necesario cumplir las normar de seguridad al volante. Hace falta un endurecimiento de las penas por delitos de violencia vial; que cada cual tome la parte que le corresponde.

P. Hábleme del disco y del libro.

R. El disco es un CD con una sola canción, corta pero impactante, con mucha fuerza. En la carátula aparece una foto de Alba entrelazada con un logo singular en forma de cruz amarilla y rosa que identifica el título del himno “Una Cruz Preciosa en el Camino”. Va acompañado de un libreto de 16 páginas con las partituras, fotos de la cruz en el lugar del accidente, texto del poema, fotos de Albita, fotos típicas de los jóvenes, un recuerdo de la Escuela de Ingenierías Industriales, Universidad de Valladolid. Todo ello presentado por la periodista Teresa Viejo que firma el prólogo de la edición.

P. Un objetivo y un deseo que se marca para 2019 ahora que está a punto de entrar.

R. Sería muy fácil contestar diciendo que no sea peor que lo conocido hasta ahora pero pienso que ya que el futuro no lo podemos elegir. Hay que afrontarlo lo mejor posible y tengo como terapia la ocupación constante. Como objetivo para el año que entra quiero poder continuar con lo que vengo haciendo hasta ahora que es procurar hacer feliz a mi familia y poder ayudar a los que me necesiten en campañas de seguridad vial, educación, etc., aprovechando mi vivencia personal.