El test definitivo para saber si tienes problemas con el alcohol
La Junta de Castilla y León, a través de Sacyl y del Comisionado Regional para la Droga, de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidad, va a redoblar su compromiso en la lucha contra el problema del abuso de alcohol en menores y jóvenes. A los programas de actuaciones preventivas que existen en la actualidad como el taller ‘OH.com’ o los programas de prevención familiar ‘Moneo’ y ‘Dédalo’ se suma el proyecto ‘Ìcaro-Alcohol’, para la intervención con menores y jóvenes atendidos en urgencias y emergencias sanitarias por problemas de abuso de alcohol.
El objetivo es prevenir y concienciar y desde este mes de diciembre se implanta en Salamanca. El proyecto pretende dotar a los profesionales de herramientas ágiles y eficaces que permitan reducir el consumo de alcohol y evitar los patrones más problemáticos. Consiste en que con los menores y jóvenes de menos de 18 años que sean atendidos en urgencias y emergencias sanitarias por intoxicaciones etílicas o por accidentes, lesiones, traumatismos, agresiones y otros problemas directamente relacionados con el abuso de alcohol, se realizará una intervención motivacional breve y obtención de consentimiento informado del afectado y/o de su familia para derivarlos a un servicio de referencia de prevención, que en Salamanca es el programa Lazarillo, de Cáritas.
Los responsables de los servicios implicados en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca son los doctores Ángel Bajo, de Urgencias, que verán a los niños mayores de 14 años, y Javier López, de Urgencias Pediátricas, que se encargarán de los casos de niños menores de 14 años, sobre todo. Ellos han coordinado la formación del resto de profesionales implicados junto con el servicio de Psiquiatría, que dirige el doctor Carlos Roncero, mediante la realización de talleres prácticos específicos de entrevistas motivacionales breves en distintas situaciones.
“La misión del Hospital es motivarles para que acepten ir a los programas de Cáritas”, explican; destacando también lo “positivo de la experiencia piloto, tanto para los pacientes como para las familias, gracias a un proyecto individualizado centrado en la prevención”. El consumo de alcohol en menores de edad es un riesgo para su desarrollo como persona, por lo que en estos casos es “esencial el apoyo, el afecto, la comunicación y la supervisión”.
Esta iniciativa ofrecerá una respuesta preventiva ágil y un procedimiento proactivo con los menores y con las familias, ya que abordará directamente con ellos la situación y lo hará en un momento de especial preocupación y potencial motivación que supone el hecho de encontrarse en un servicio de urgencias, sin necesidad de que sean ellos los que tengan que acudir posteriormente a algún servicio específico.