'Validan' la capacidad del principal testigo en el crimen de 'Sebitas'
Los peritos forenses consideran plenamente capaz a Pedro D.J, principal testigo de cargo en el denominado crimen de 'Sebitas', con lo que los expertos vendrían a validar su testimonio incriminatorio que sitúa al acusado, Tomás S.S, en el escenario de los hechos en abril de 2017 en el Soto de la Medinilla de Valladolid donde este último fue visto propinando una paliza a la víctima.
La tercera jornada del juicio en la Audiencia de Valladolid, por el procedimiento de jurado popular, ha tenido entre sus principales pruebas la pericial que ambos forenses han expuesto sobre el estado mental de Pedro D.J, cuya fiabilidad ha venido poniendo en entredicho la defensa del acusado desde el inicio del proceso debido a su discapacidad intelectual y las supuestas lagunas horarias que presenta su relato de hechos.
Sin embargo, el citado informe concluye que el testigo, pese a la discapacidad que padece, es plenamente consciente de lo que dice y, por tanto, no se puede invalidar el relato fáctico que realiza sobre lo vivido el día 9 de abril de 2017, algo que perjudica claramente los intereses del acusado por cuanto supone situarle en el escenario del crimen, donde Pedro D.J. asegura que se encontró casualmente con él y el fallecido cuando el primero se hallaba de pie con sangre en su mano izquierda y el segundo tendido en el suelo boca abajo y pidiendo ayuda.
Aunque el testigo refiere horarios que no parecen corresponderse con los reales, la peculiaridad del testigo, tanto por su discapacidad como por encontrarse desocupado y dependiente de la beneficiencia, ha sido una de las constantes esgrimidas por el jefe del Grupo de Homicidios y su segundo de abordo para explicar que ello no resta verosimilitud a su testimonio, ya que "se rige por horas distintas a las del resto de la gente".
Lesiones compatibles con arbustos
También en contra de los intereses del presunto autor del crimen figura la pericial realizada sobre las lesiones que éste presentaba en su antebrazo, cabeza y espalda, cuya causación, según los forenses, es "compatible" con ramas o arbustos, en la línea de las erosiones también hallados en el cuerpo de la víctima como consecuencia del roce con la densa vegetación de la vereda escarpada existente entre el camino del Soto y la orilla del río Pisuerga, donde, encajado en un árbol, fue localizado el cadáver de 'Sebitas'.
La tercera jornada ha contado igualmente con el informe de autopsia, practicado a puerta cerrada para evitar "imágenes escabrosas", según ha justificado el presidente del tribunal, máxime cuando se objetivaron en el cadáver cinco ladrillazos en la cabeza y más de una veintena de navajazos, así como con la pericial sobre las armas del crimen hallados cerca del río, un ladrillo y una navaja tipo estilete, y las prendas y otros objetos recogidos en el domicilio del acusado.
Esta última prueba es una de las principales bazas de la defensa, ya que ni en las armas se encontraron restos de ADN, sangre o huellas dactilares del acusado ni en las prendas de éste se localizaron restos de la víctima.
En este sentido, los expertos han apuntado que las ropas de Tomás habían sido lavadas y "olían a detergente", al tiempo que han explicado las dificultades para hallar pruebas en las armas, ya que las cachas de la navaja tenían una anchura escasa de un centímetro, donde apenas es posible dejar huellas dactilares--se localizaron unas crestas "sin valor"--, y el ladrillo presenta una superficie porosa donde es imposible encontrar algo válido para la investigación.
El juicio entrará este miércoles en su cuarta sesión oral, con el visionado de la declaración, como prueba anticipada, prestada en su día por el testigo principal, Pedro D.J, y ello a pesar de los intentos de la defensa de que dicho interrogatorio sea reproducido en sala con la presencia de éste.
Tras dicha prueba será el turno de la exposiciones de los alegatos finales de las partes. Con carácter provisional, el acusado se enfrenta a una posible condena de entre 14 años de prisión por delito de homicidio, tal y como solicita el fiscal, o los 20 años por asesinato que interesa la acusación particular, junto con el pago de indemnizaciones en favor de los padres del fallecido por importe de 90.000 y 120.000 euros, respectivamente.