Un total de 818.259 viajeros pasó por los alojamientos de turismo rural existentes en Castilla y León a lo largo de 2018, un 8,5 por ciento más que en el año anterior cuando se registraron 748.307 viajeros, según la Encuesta de Ocupación en Alojamientos Turísticos emitida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogida por Europa Press.
Además, en Castilla y León las pernoctaciones en alojamientos rurales en 2018 alcanzaron las 1.800.197, de las que 1.66.587 fueron de residentes españoles mientras que las 133.610 restantes procedieron de residentes en el extranjero. Esto supone un incremento del 6,6 por ciento de las pernoctaciones respecto al año anterior (1.663.423).
Estas cifras sitúan a Castilla y León como la primera región en número de pernoctaciones en 2018, ya que copó el 20,4 por ciento del total del país, por delante de Cataluña (993.712) o Asturias (925.359). Castilla y León también fue el destino preferido en diciembre, con 173.611 pernoctaciones, un 5 por ciento más que en el mismo mes de 2017 (una caída del 0,2 por ciento en España), con el 22,3 por ciento de las pernoctaciones de los españoles, la mayor del país.
Sin embargo y según la misma Encuesta de Ocupación en Alojamientos Turísticos, la estancia media en los establecimientos rurales de Castilla y León a lo largo de 2018 fue de 2,20 días, de nuevo por debajo de la media nacional (2,68 días).
En total, el número de viajeros en 2018 en Castilla y León alcanzó los 818.259 (4.250.768 en toda España), de los que 645.989 (3.377.784 en todo el país) eran residentes en España y 72.270 (872.984 en todo el país) en el extranjero.
Respecto al número de alojamientos abiertos en Castilla y León en 2018 ascendió a 3.557 (16.592 en España), con 31.332 plazas estimadas (159.975 en todo el país) y el personal empleado ascendió a 4.858 (24.415 en el país). De este modo, Castilla y León se mantiene en la comunidad que más personas emplea en turismo rural, seguida por Andalucía (3.297), Cataluña (2.566) y Castilla-La Mancha (2.097).
Por su parte, el grado de ocupación en los establecimientos rurales de la Región fue del 15,62 por ciento por plazas (19,31 en el resto de España), 33,38 por ciento en cuanto a las plazas en fin de semana (33,10 por ciento como media nacional) mientras que por habitaciones la ocupación se situó en el 18,86 por ciento, frente al 23,49 del resto del país.
El grado de ocupación más elevado correspondió a Baleares, con un 48,49 por ciento de las plazas ocupadas en 2018. Por fines de semana, la más ocupada fue también Baleares, con un 48,77 por ciento, seguida de Cantabria (40,14).
Entre las quince provincias con un mayor número de pernoctaciones en establecimientos rurales durante 2018 se encuentran Ávila (344.006 pernoctaciones y sexto puesto en el ranking), Segovia (249.753 pernoctaciones y octavo puesto), Burgos (235.244 pernoctaciones y noveno puesto), Salamanca (210.581 pernoctaciones y décimo puesto), Soria (208.429 pernoctaciones y puesto número doce) y León (203.454 pernoctaciones y puesto número catorce).
La estancia media en estas seis provincias fue de 2,36; 2,10; 2,14; 2,13; 2,48 y 2,01 días, respectivamente. En cuanto al número de viajeros, los establecimientos rurales de estas provincias recibieron la visita de 145.943, 124.202, 110.020, 99.064, 84.062 y 101.088 personas, respectivamente.
En Ávila había abiertos en 2018 un total de 772 establecimientos rurales con un número de plazas estimadas de 6.147 y 995 personas empleadas mientras que Segovia contaba con 456 establecimientos de turismo rural abiertos con capacidad de 4.195 plazas y 625 puestos de trabajo creados.
Por su parte, en Burgos había abiertos en 2018 un total de 399 establecimientos rurales con un número de plazas estimadas de 3.902 y 481 personas empleadas y Salamanca tenía 514 establecimientos con 4.265 plazas y 655 puestos de trabajo creados.
Por último, Soria contaba con 332 alojamientos con capacidad para 3.156 plazas y 430 empleados y León tenía abiertos 451 establecimientos con 3.578 plazas y 634 personas empleadas en sus establecimientos de turismo rural.
Por su parte, los precios de los alojamientos de turismo rural aumentaron un 1,42 por ciento en 2018, frente a un 2,05 por ciento en el resto del país.