El Ayuntamiento de Valladolid sigue explorando maneras de mejorar la movilidad urbana, en busca de vehículos menos contaminantes y de un estilo de ciudad más saludable. En ese camino, el transporte público juega un papel fundamental, como ejemplo para los vecinos y como punto de referencia para reducir las emisiones contaminantes.
La ciudad, que ya fue pionera en incorporar la primera línea (la 7) formada íntegramente por autobuses 100 por cien eléctricos, sigue avanzando hacia la supresión de los vehículos contaminantes en la flota de Auvasa.
En ese camino se enmarca la prueba que este sábado ha realizado el Consistorio con el autobús 100 por cien eléctrico Aptis, un prototipo de la empresa Alstom que aún no está en el mercado pero que pretende avanzar hacia una movilidad del futuro.
El concejal de Movilidad, Luis Vélez, ha apuntado que se trata “de un autobús que está en la línea del tren o el tranvía, por su diseño interior y exterior, y Valladolid es la cuarta ciudad en España que lo prueba”.
El tamaño de las ventanas, junto con la iluminación interior y las cámaras de vídeo vigilancia, contribuyen a aumentar la sensación de seguridad. Cuenta con capacidad para 100 personas y autonomía de hasta 250 kilómetros, con la posibilidad de recargar todas las baterías durante la noche, aunque también incorpora sistemas de carga rápida para recuperar autonomía en las paradas o al comienzo y al final del trayecto, “en función de los planteamientos que tenga cada ciudad”, apuntan desde Alstom.
Cuatro ruedas girando
Uno de los aspectos que más llama la atención de este autobús es que las cuatro ruedas pueden girar, lo que minimiza el radio de giro (25% menos que un autobús convencional) y mejoran las maniobras de parada. Gracias a esta tecnología, y al sistema de asistencia en parada, el vehículo puede alinearse perfectamente con la acera, mejorando la accesibilidad y el flujo de entrada y salida de pasajeros.
El autobús Aptis aún no está en el mercado, Alstom está ultimando el diseño de los últimos prototipos con la intención de empezar a participar en concursos públicos “próximamente, con una producción en serie que nos permita tener un precio competitivo en el mercado, aunque hay que tener en cuenta que estos vehículos, aunque sean más caros en el desembolso inicial, resultan más baratos al medio plazo por el menor mantenimiento que requieren y la reducción del coste del combustible”, ha detallado Jaime Borrell.