La lucha sin descanso de los Colegios de Educación Especial por sobrevivir
La hija de María Jiménez padece una de esas denominadas como enfermedades raras. Un Síndrome Desconocido asociado a la discapacidad intelectual. La pequeña Alba Glynn Jiménez acabó encontrando la felicidad en el Centro de Educación Especial San Juan de Dios. Desde el primer día que entró allí brotó una sonrisa en ella como nos confiesa su progenitora.
Este sábado 23 de febrero, la “Plataforma Educación Inclusiva sí, especial también” se manifestará por las calles de la capital del Pisuerga para decir no al cierre de los colegios de educación especial en una marcha reivindicativa en defensa del alumnado de la educación especial.
La marcha arrancará a las 12 de la mañana desde la Plaza Colón y llegará a la Delegación de Cermi en Castilla y León y las razones de la misma nos las cuenta María en esta entrevista.
Pregunta. Mañana, sábado 23 de febrero, harán una marcha reivindicativa en defensa del alumnado de la Educación Especial. ¿Qué piden?
Respuesta. Pedimos que no desaparezcan los colegios de Educación Especial. Queremos una educación inclusiva y también que exista la Educación Especial.
P. Además de los alumnos, están los profesores, a los cuáles también podría afectar esta medida.
R. Irían a la calle. Se nos hizo creer que estos profesores serían derivados a los centros ordinarios pero debemos tener en cuenta que la mayoría de estos centros son públicos. Para acceder a un trabajo en el sistema público tienes que pasar por unas oposiciones. La Federación de Sindicatos de Educación forma parte de la Plataforma ‘Inclusiva sí, especial también’. El día 23, muchos profesores de varios centros van a ir a manifestarse por nosotros. No solo los profesores de Educación Especial, también muchos de la Escuela Ordinaria que ven como se les va a traspasar algo para lo que no están preparados. Ellos mismos reconocen que sería una locura.
P. La polémica vuelve a nacer por ese Proyecto de Ley aprobado por el Consejo de Ministros. ¿Qué es lo que debería modificarse?
"La educación que tenemos ahora mismo es ya inclusiva".
R. ¿Por qué hay que modificar algo que hasta ahora está funcionando? Digo lo de que está funcionando porque es la realidad. Nuestros chicos están contentos y nosotros también. No veo necesario que haya que cambiar algo que funciona. Dicen que es por algo más inclusivo, pero la educación que tenemos ahora mismo es ya inclusiva porque hacemos participar a los chicos en muchas actividades con otros de colegios ordinarios.
Te puedo poner el ejemplo del Centro San Juan de Dios que hace una actividad inclusiva preciosa cuando van los centros ordinarios de Valladolid a hacer el sendero verde. Los niños del San Juan de Dios les enseñan el sendero preparado, les explican las plantas, los árboles y pasan el día con ellos. No entiendo por qué se dice que la educación especial no es inclusiva. Es un modelo como otro cualquiera de educación y creo que pueden coexistir los dos sin que pase nada.
P. La ministra Celaá, en el Pleno del Congreso de este miércoles, ha asegurado que los Colegios de Educación Especial no van a cerrarse.
R. Miente rotundamente. Si ha dicho que se van a cerrar. En la disposición adicional cuarta se ve reflejado que asegura que “en el plazo de 10 años todos los niños iban a centros ordinarios y que los centros de educación especial se iban a reorientar”. Con reorientar, lo que quieren es convertir los centros de Educación Especial en centros de referencia para preparar al profesorado de la escuela ordinaria para poder afrontar el tema educativo de un niño con unas necesidades educativas muy específicas. Para que tomen buena nota del saber hacer de los centros de educación especial. Eso es un centro de referencia.
P. Además ha asegurado que se pretende “incorporar a niños con cierta diversidad funcional” en colegios ordinarios “estableciendo recursos para ello” y siempre con el beneplácito de la familia que es la que decide.
R. Esto es muy amplio. ¿Quién pone ese límite? ¿Dónde está la diversidad? ¿Quién se va a dedicar a hacer esos porcentajes? A lo mejor un niño tiene una discapacidad intelectual de un 65% pero tiene pánico a estar en público o pánico al contacto visual o a que lo toquen… A lo mejor, intelectualmente, sí que podría formar parte de la escuela ordinaria pero socialmente no. Aquí es donde nos equivocamos porque no creo que la inclusión sea solamente en el sistema educativo.
P. ¿Cómo podría afectarle a un niño que se encuentra en un Centro Especial el cambio?
R. Sería un cambio muy brusco y terrible. Cuando llegan a los centros especiales a los niños se les abre otro mundo. Vienen rebotados de la ordinaria y se encuentran con sus iguales que no les critican, empiezan a hacer amigos, conocen un espacio que es muy favorable porque no existen barreras. Tienen terapias divertidas y lúdicas. A estos pequeños que se encuentran en un entorno tan preparado, con preparadores especializados, les metes de repente en un centro ordinario y serían el blanco más fácil. Si ya hay bullying en la ordinaria entre iguales, imagínate qué pasaría. Yo he sufrido esta experiencia y sé por lo que ha pasado mi hija. Cuando llegó al Centro San Juan de Dios se nos abrió un mundo diferente y ella cambió por completo. Al día siguiente me di cuenta de que era tan feliz que ya no me imagino la vida sin este centro.
P. Muchos opinan que el modelo actual incita a la segregación, ¿está de acuerdo?
R. Cada uno elige el modelo que considera mejor para sus hijos. Nos tienen que dejar la libertad de elección no solo de los padres sino también de los propios chicos. Hay muchos que tienen 12-13 años y quieren decidir dónde quieren ir. Si un centro de educación especial es segregador, ¿los centros para personas de alta capacidad también lo son? ¿Las Olimpiadas paralímpicos son segregadoras? Sería un tema a parte. Si se supone que todos debemos ser iguales y con las mismas condiciones tendríamos que replantearnos ciertas cuestiones.
P. La Ley afecta a los Centros Especiales, también a los pequeños que están en ellos, y también lo hacen declaraciones como las de Arcadi Espada, y esa expulsión el domingo en el Chester descalificando a personas con Síndrome de Down. ¿Muy triste, no?
"Las palabras de este hombre me produjeron repugnancia".
R. Este tema quiero olvidarlo para que no me quite tiempo de mi día a día. Es vergonzoso. Mi hija no es una enferma, es sana como un roble. Tiene un síndrome desconocido y algunos cromosomas de más pero no es tonta. Ella me enseña a vivir desde la felicidad. No es peor persona que nadie, es incluso mejor. Siempre es sincera y nunca tiene maldad. Las palabras de este hombre me produjeron repugnancia. Cuando le escuchaba no sabía si llorar. Le dije a mi hija que dejara de verlo porque vi en su cara como le estaba afectando. Por eso voy a intentar que se me olviden las palabras de este personajillo porque no tiene otro nombre.
P. Queda mucho camino por recorrer…
R. El camino es duro. Que te llamen madre segregadora es duro. He decidido, junto con mi hija, lo que creía que era lo mejor para ella. Creía que en la Educación ordinaria, de hecho mi hija estuvo escolarizada hasta tercero de la ESO en ella, pero llegó un momento en el que hasta el propio profesorado me dijo que mi hija no estaba avanzando. Se convirtió en un mueble, estaba sola en el recreo. Nunca fue incluida en el grupo. Mi hija es mucho más inclusiva que otros niños que no tienen discapacidad porque gracias al Centro San Juan de Dios me han dado las herramientas para que salga con amigos, haga la compra, etc. Estos centros nos han dado las claves para que afrontemos y entendamos mejor a nuestros hijos.
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