"La situación del Ayuntamiento es muy desahogada". Con estas palabras resume el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, la liquidación del ejercicio 2018, que se salda con un remanente de tesorería de 27 millones de euros y una ejecución de inversión cercana al 100%. Menos inversión de la que gustaría al equipo de Gobierno IU-PSOE, ya que la denominada Ley Montoro impide a los ayuntamientos, aún con cuentas saneadas, superar el techo de gasto "a pesar de tener más ingresos que gastos". Por esa razón, el Ayuntamiento destinada cada año varios millones de euros del remanente del ejercicio anterior a sufragar inversiones sostenibles que de otra forma no podrían encontrar partida presupuestaria.
En este ejercicio 2019 el equipo de Gobierno echará mano además de este remanente para ejecutar partidas que considera vitales del Presupuesto de 2019 que no aprobó el pleno municipal, y que incopora por la vía del decreto (2,6 millones de euros), como los caminos rurales, la urbanización de la Plaza Puentica, el plan de asfaltado de 2019, la pavimentación de la zona de los pinchos, la iluminación de San Torcuato, la impermeabilización del estanque Félix Rodríguez de la Fuente, los derribos pendientes de Feria 11 y San Martín, la iluminación del Castillo, la reforma del Centro de Piragüismo y varias intervenciones en el pabellón Ángel Nieto y en la Ciudad Deportiva. Por otro lado, espera incorporar mediante modificaciones de crédito partidas por valor de 20 millones de euros, que habrán de ser aprobados en los plenos de febrero y marzo. "Llevamos proyectos en los que no hay aristas con la oposición", explica Guarido, como por ejemplo el incremento de la ayuda a domicilio hasta 1.850.000 euros.
Descontando estas inversiones quedarían aún así entre 5 y 6 millones de euros para inversiones y gasto corriente. Una situación económica que el alcalde atribuye a la "eficacia" en la gestión "sin elevar la presión fiscal".