No fue el mejor partido de los pupilos de Sergio González, quienes fueron penalizados al inicio de cada período, pero que supieron redimirse tras el tempranero gol de Borja Iglesias al inicio del duelo. Alcaraz empató y Sergi Guardiola pudo haber adelantado a los blanquivioleta al filo del descanso y de penalti, pero Diego López atajó la pena máxima. El mayor empuje local en la reanudación obtuvo su premio con dos goles que sellaron el partido.

La primera parte comenzó completamente enajenada. Así, empezaron las cosas demasiado cuesta arriba para el Real Valladolid tras encajar un gol a los 17 segundos. Melendo, auténtico faro “perico” en este sábado, tiró una pared y filtró un excelso pase a Borja Iglesias, quien batió por alto a Masip cuando no había dado tiempo a que muchos de los asistentes al RCDE Stadium se hubiesen sentado.

Un mazazo que pudo ser mayor si Masip no hubiese atajado con el pie un disparo Darder en boca de gol segundos después. El Real Valladolid parecía grogui, pero nada más lejos de la realidad pues este gol y su posterior ocasión local despertaron a los de Sergio González, quienes, en el día de hoy, formaban con tres centrales, con Borja incrustándose entre Kiko Olivas y Joaquín.

Presionaban con tesón a la medular blanquiazul y, poco a poco, empezaron a acumular llegadas de cierto peligro en las inmediaciones de Diego López. Primero Nacho con un chut a bote pronto desde la frontal y después Sergi Guardiola tras fajarse de varios defensores dentro del área y disparar blando a las manos de Diego Lópezpusieron sobre aviso al respetable del RCDE Stadium, que veía como sus hombres abogaban por el robo y la contra vertiginosa con Melendo como prestidigitador del último pase.

Hasta que llegó el tanto de la igualada a los diecisiete minutos de juego. Sergi Guardiola se deshizo de David López (quien se lesionó tras el regate del jugador blanquivioleta) y cedió atrás, al balcón del área, donde se hallaba Rubén Alcaraz. El medio centro pisó el esférico y colocó el balón con el exterior y maestría donde Diego López no podía llegar para devolver las tablas al electrónico.

Un tanto que apaciguó la efusividad visitante y dio paso a una fase de juego tremendamente intenso, con ambos conjuntos peleando cada balón como si fuese el último, aunque era el Espanyol de Barcelona el que acumulaba posesiones más distendidas. Sin embargo, el Real Valladolid fue el que tuvo mejores ocasiones para ponerse por delante antes del tiempo de asueto.

Primero Kiko Olivas cabeceó alto una falta lateral botada por Alcaraz y cuando atrás suya tenía a Enes Unal con la caña preparada. Susto menor para la hinchada local comparado con el penalti pitado a Sergi Guardiola que, al filo del descanso, Diego López desvió con una parada majestuosa a la derecha del ariete blanquivioleta, quien lanzó la pena máxima fuerte y ajustada. Ocasión desperdiciada con la que se llegó al descanso.

La segunda parte también comenzó eléctrica y con el Espanyol asfixiando la salida de balón de un Real Valladolid que parecía acusar el directo al mentón que supuso no adelantarse con el penalti errado por Guardiola. Así, Sergio Darder disparó ligeramente desviado instantes antes de que Borja se lesionase y le sustituyese Javi Moyano.

El Real Valladolid apenas podía desquitarse de la intensidad y verticalidad local para acaparar la posesión y arrimarse a áreas de peligro. De este modo, el conjunto barcelonés empezó a acumular ocasiones para adelantarse de nuevo, algo que lograría tras un desajuste defensivo que dejó a Mario Hermoso solo en el segundo palo a los diez minutos de que se decretase el inicio de la segunda mitad. Embolsó el esférico y batió a Masip por el palo corto.

Escasos minutos más tarde llegó la puntilla. El futbolista chino Wu Lei recogió un buen pase al hueco de Darder y, con disparo raso, venció el duelo con el cancerbero blanquivioleta para poner un 3-1 que, a la postre, sería definitivo. Sergio González movió ficha, cambió a defensa de cuatro al introducir a Keko y Stiven Plaza, pero el Espanyol estaba bien posicionado y, con la entrada de Granero, le puso la pausa necesaria para dormir el partido.

No pudo el Real Valladolid inquietar en demasía a Diego López en la última media hora salvo con un disparo de Óscar Plano y, finalmente, acabó sucumbiendo por tres tantos a uno. Una derrota que le mantiene con 26 puntos en la tabla clasificatoria.