Miedo
El miedo es, según la definición que nos podemos encontrar en la RAE, la angustia por un riesgo o un daño real o imaginario. Una sensación que en las últimas jornadas están experimentando tanto el Real Valladolid, como el Villarreal, el Celta, Rayo Vallecano o el Huesca.
Las jornadas caen en la Primera División del fútbol español y lo hacen como las hojas en otoño, con una rapidez y una virulencia extremas y ahogan cada vez más a los equipos que se encuentran en el fondo de la tabla.
De los cinco equipos que ocupan estas posiciones, todos han contado sus encuentros por derrotas en esta jornada, salvo el Huesca, a priori el equipo que peor lo tenía porque recibía al Sevilla. Sin embargo, los aragoneses se han sumado a la fiesta y cuando parecían defenestrados, han renacido y están ya solo a cuatro puntos del Pucela.
Un Pucela que ayer volvió a mostrar su peor cara en Barcelona, con esa derrota, dura, por 3-1 ante el Espanyol, que unida a la del pasado domingo en Zorrilla y ante el Real Betis, hace que salten todas las alarmas, ahora sí.
Y digo ahora sí porque la falta de gol de este equipo queda cada vez más patente. Con un Cop desaparecido, un Unal a sus historias y un Guardiola que sufre los cuatro meses sin jugar en Getafe, solo Óscar Plano parece tener pólvora y no es un jugador de 15 goles que te pueda salvar la temporada.
Al inicio de la misma el cuadro blanquivioleta adolecía también de un delantero de dianas, pero los de Sergio se sobreponían a esta grave carencia con coraje, alegría, lucha y mucho esfuerzo. No pienso que el equipo ahora no luche y muestre esa garra, pero se le nota muerto, tanto en lo físico como en lo anímico.
Sin Toni, una baja sumamente notable para el juego y el sistema del equipo, y con jugadores que marcan la diferencia como Míchel, con el depósito de la gasolina en rojo, es necesario un golpe de efecto, un partido que haga cambiar la tendencia para no ahogarnos en el fondo de la tabla.
Casualmente el domingo que viene llega a Zorrilla un Real Madrid del que te puedes esperar cualquier cosa. Que viene de caer por partida doble, en Liga y Copa ante el eterno rival y que esta semana tiene que afrontar un choque trampa ante el Ajax.
Quién sabe si ese choque puede ser el punto de inflexión para que ese miedo se diluya y se vuelva a creer en una salvación que va a estar sumamente dura de aquí al final de temporada.