Es uno de los enclaves naturales más impresionantes de la provincia de Valladolid, la única reserva natural entre tierras de pinares y campos. Las riberas del Duero de Castronuño ofrecen estos días un paisaje único en la senda de los almendros, que muestran al albor de marzo su mayor esplendor.

Cientos de almendros en flor marcan el inicio de esta ruta que parte del parque de La Muela, lugar emblemático de Castonuño, y discurre a orillas del río Duero, por la antigua 'senda de los pescadores'. La senda entera es un continuo mirador al inmenso meandro que el Duero dibuja hasta rozar a Castronuño desde la llanura.

Tras comenzar en lo que fue el camino tradicional por el que los pescadores regresaban al pueblo, la ruta continúa alejándose para enfilar el arroyo Mucientes, al tiempo que la panóramica se abre y abandona la sombra y el frescor de la ribera.

Un paseo entre almendros centenarios imperdible en este momento del año.