El artículo de esta semana, se lo hemos cedido a nuestra abogada y compañera de batallas, Marta Bolívar Laguna.

Hoy día del padre, me gustaría con este artículo realizar un pequeño homenaje a todos aquellos hombres que se desviven por sus hijos, y aquellos que a pesar de querer hacerlo se les ponen incomprensiblemente límites para ello.

La pasada semana me invitaron a participar en un coloquio sobre el punto de vista sobre la Mujer en la Sociedad Actual y el Feminismo. La verdad, es difícil poner contenido al término feminismo, son tantas acepciones que se están dando a día de hoy sobre ello que seguramente más de una todavía no tenemos claro a qué debe llamarse feminismo y a qué no.

Ante esta tesitura, decidí hacer en el coloquio mi propia definición de feminismo a través de mi experiencia personal. He de reconocer que lo normal y fácil hubiera sido tener como referente a aquellas mujeres que trabajaron duro hace años para hacerse hueco en un mundo de hombres, para demostrar que ellas también eran capaces de desarrollar su profesión; solo hay que abrir cualquier red social para ver su fotografía y leer palabras de alabanzas hacia ellas, desde luego se las merecen; pero realmente si tengo que hablar de una auténtica HEROÍNA, tengo que hacerlo de mi madre que con 6 hijos "a su espalda" no lo tuvo nada fácil, pero luchó y siguió adelante; por eso concluí en el coloquio que si esa lucha que llevó a cabo mi madre es feminismo, en ese sentido sí se me puede considerar feminista, porque ha sido mi referente para luchar en mi día a día.

Pero con lo que nunca me identificaré es con el uso que se le da a ese término como una palabra despectiva hacia los hombres, porque si mi madre fue mi HEROÍNA, mi padre fue mi HÉROE.

Justamente, los dos me enseñaron el valor de la lucha, y que la igualdad no consiste en tener y hacer exactamente lo mismo, sino en aportar ese granito de arena desde las posibilidades de cada uno, en ese "donde tu no llegas, llego yo".

Quizás porque tuve una infancia en la que pude disfrutar de la compañía de mis padres cada día, es por lo que me llamó la atención el Derecho de Familia y me especialicé como abogada en esta materia; puede resultar contradictorio, pero realmente no lo es si nos ponemos en la situación, no tanto de los padres y de las madres, sino de todos esos niños que no tienen la oportunidad de disfrutar todos los días de la compañía de sus dos progenitores.

Gracias a la colaboración con la Asociación de Padres de Familia Separados (APFS) que lucha sin descanso para los hijos puedan estar con ambos progenitores sin ningún tipo de trabas, he conocido de primera mano situaciones claramente injustas que perjudican los derechos e intereses de los hijos, sobre todo en lo que se refiere al tema de la custodia.

Es cierto que actualmente, las mujeres, en la mayor parte de las ocasiones, seguimos teniendo un mayor peso en la organización de la familia, y además trabajamos fuera de casa, pero también lo es que los tiempos han cambiado, y muchos hombres también se encargan de la casa y del cuidado de sus hijos. Es por esto que, como abogada de familia me escandaliza que esos padres que tanto se implican no tengan la misma oportunidad a la hora de luchar por la custodia. Desgraciadamente, cada vez que un padre entra en mi despacho para optar a la custodia de sus hijos, tengo que decirle que empezamos como bando perdedor y tenemos que demostrar el doble de lo que lo haría la madre.

Soy consciente de que cada caso es diferente, y de que seguramente seré criticada por estas palabras, pero permitidme que por una vez generalice, la realidad, actualmente, es que el mayor porcentaje de custodias, a pesar de la tan renombrada Sentencia del Tribunal Supremo sobre custodia compartida, se dan a las madres, y ello aun cuando en gran parte de los casos los padres no tienen ningún impedimento para el cuidado de sus hijos en las mismas condiciones que la mujer.