Que Ciudadanos (Cs) Salamanca tiene un problema, lo sabe hasta el más tonto de la clase, que aunque sea un elemento, llegó hasta el Parlamento, a decir de Joaquín Sabina. Tiene un problema enquistado desde hace mucho tiempo y nadie, absolutamente nadie, le ha puesto remedio. Y cuando a un tumor no se le extirpa o al menos se le hace frente con cura, aunque sea quimioterapia, acaba convirtiéndose en metástasis. Y, de estas enfermedades, gentes como el bueno de Mitadiel o el nuevo líder Paco Igea, saben y mucho, ay!

El problema de Cs en Salamanca, ya lo explicamos en su momento el día después del tormentoso fin de semana de primarias, radica en la falta de líderes que den un golpe encima de la mesa e impongan la cordura. Y, eso, sólamente lo pueden realizar desde Valladolid o Madrid. Pónganles el nombre que quieran a la o las personas que crean. Si ya fue convulso el proceso de primarias en esta provincia, que era una piña entre sus representantes en la Diputación de Salamanca y el resto de la provincia, haciendo añicos todo un buen trabajo de colaboración, cooperación y confección de listas, no menos fue el día después con la famosa rueda de prensa del portavoz municipal Alejandro González, Ana Suárez y Fernando Castaño -sobre los que volveremos- hincando aún más el puñal en una herida que supuraba pus y sangre a borbotones. Como dijeron algunos de otras formaciones, con nosotros ya tenían abierto expediente.

Pero es que la ruptura entre el grupo municipal y provincial es más que patente y aflora cada día y, sobre todo, en estos tiempos electorales. A decir verdad, su trabajo y acción política en estos cuatro años de legislatura ha sido equidistante a más no poder y de muy diferente calado en la opinión pública y, no digamos, en los medios de comunicación, salvo en quienes desean ahondar más en la brecha para favorecer a un tercero.

Cuatro años perdidos en el Ayuntamiento de Salamanca. Cuatro años en que en la mayoría de las ocasiones no se sabía si la encina del PP daba también sombra al grupo de Ciudadanos. Numerosas ocasiones en las que los ediles naranjas eran más defensores y con mayor ahínco en sus posturas que los propios populares. Todo comenzó desde el mismo momento en que Cs asumió la presidencia de la Comisión de Contratación, que cogió con toda la alegría, Fernando Castaño. Un gol por toda la escuadra que, a la larga, se ha demostrado que a Cs no le ha servido para nada y, por contra, al PP le ha quitado una patata caliente. Solo hay que escuchar al resto de la oposición. Y, además, el grupo municipal de Cs nunca asumió que eran oposición. He ahí la cuestión.

En estos momentos de crisis electoral siguen los problemas originados en el mismo lugar y por las mismas personas, de aquí y de allá. ¿Es que Cs no tiene militantes suficientes para rellenar las listas al Senado en la  provincia? Qué error eso de amiguismos y familias. Uno más, por dejar hacer a quien no sabe hilar. Y, dos, la candidatura a la Alcaldía. Mucho se habla de Ana Suárez, una mujer que tuvo un pie en la baja del partido, luego recapacitó pero que nunca ha sobresalido en su quehacer municipal. Además, que ella misma dice y el partido reconoce, nadie la ha llamado para ofrecerle nada. Se deja querer y en ese bálsamo que le ha producido la victoria de Paco Igea se atreve a imponer gente. Y a quién impone, a Fernando Castaño, además de número dos. Es decir, al presidente de la Comisión de Contratación del Ayuntamiento y el 'verso suelto' que arreó al partido a diestro y siniestro en el asunto de primarias y que se sabe, gusta de aparecer en restaurantes junto al hombre fuerte del PP municipal, Fernando Rodríguez, junto a Ana Suárez y otro miembro de Cs. Esa es la cuestión. Cs tiene mucha y buena gente para hacer una candidatura, no digamos ganadora, pero sí para salir muy honrosa en estas elecciones, pero quienes deben tomar la decisión, todavía están esperando, como llevan esperando cuatro años a tomar la sartén por el mango y solucionar el problema de Salamanca, capital, ay!

Soraya Mangas

En estas estamos, error tras error, mientras que en Ciudad Rodrigo destaca, no ahora, sino hace ya mucho tiempo, una joven preparada, trabajadora, leal y de partido. Es Soraya Mangas, concejala de Cs en el Ayuntamiento mirobrigense y delegada de Ferias y Mercados. Una joven que sí es aprovechable políticamente y con mucho rédito. ¿Por qué no de número dos a las Cortes de CyL? Grata sorpresa sería para los amigos del grupo naranja y una alegría para los sufridos militantes de la provincia.

Es la constatación de que Cs Salamanca sí que tiene gente, solamente es que quienes mandan, de una vez, se tomen en serio a esta provincia y le den a cada uno lo que le corresponde. Los amigos, las filias, las fobias, los versos sueltos y la ineptitud, en política se pagan muy caro, ay!