En la esquina de Apalpacoños con la Plaza del Grano, donde estuviera la mítica taberna del Tío Perrito, punto de inicio de la ronda de Genaro por la ciudad y postrer lugar del que vieran los evangelistas partir hacia la muerte al mártir del orujo, la Cofradía de Nuestro Padre Genarín ha colocado este viernes una placa conmemorativa para mayor gloria del Bendito Canalla y orgullo de sus devotos.
Con el permiso del Ayuntamiento de León, la hermandad genariana ha procedido a la fijación del hito, magistralmente tallado en los talleres del Centro Municipal de Oficios. El diseño y el modelado del relieve es obra de Juan Antonio Cuenca y la labra de la piedra de Pedro Pablo García.
La obra está ilustrada con versos los versos apócrifos que rezan "Desde entonces, unos cuantos leoneses, de buen linaje, la noche de Jueves Santo le rinden este homenaje.
Con un brindis con buen orujo en memoria del pellejero y de los evangelistas la placa ha sido bendecida por el Abad de la Cofradía, Maxi Barthe, que ha celebrado el homenaje de la ciudad a uno de sus personajes más célebres.