Un 'Domingo de Ramos' donde las nubes hacían su aparición, pero no llegaban a descargar. El sol hacía su aparición por momentos y la temperatura era más que agradable. Aunque todo eso daba igual en el momento que del Museo de Semana Santa, salía la imagen y procesión más querida por los niños, La Borriquita. Su aparición generaba sonrisas entre niños y padres que colmaban el lugar.

El día se ha tornado brillante y, más aún, cuando la obra de Florentino Trapero salió por la puerta del emblemático Museo de Semana Santa, una salida maravillosa que no solo ilusiona a los niños sino también a los mayores por la gran belleza de su talla.

Pasadas las cinco y media de la tarde y tras la lectura del Evangelio, el capellán Florentino Pérez daba salida a la procesión que emprendió su camino hasta Viriato, antes de llegar a la Plaza Mayor, donde un gran manto zamorano de gente la esperaba para ver, con palmas en la mano, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Un recorrido plagado de alegría, palmas y laureles y en el que los niños han derrochado ilusión participando en la procesión, además de las niñas ataviadas con raso azul y niños con raso rosa, y los hermanos que lucían sus túnicas de raso blanco y caperuz de color púrpura, que fueron formando filas interminables en torno a La Borriquita.

La imagen de Florentino Trapero ha vuelto a resplandecer, toda una delicia para los presentes que se meten de lleno en la semana de Pasión.