Llegaba el Real Valladolid tocado tras el mazazo del pasado fin de semana, también en Zorrilla, con la derrota ante el Sevilla pero este equipo no se rinde y volvió a dar, en esfuerzo y garra, hasta el último sudor de su frente pese al mazazo final.

El choque no comenzó bien para los de Sergio porque delante estaba un señor equipo que se encuentra coqueteando con la Champions y que se adelantó en el 13 del encuentro con un gol tremendo de Arambarri tras unos minutos de dominio visitante.

Tras esto, el Pucela se puso el mono de trabajo y comenzó a rondar el marco de David Soria. En el 30, una gran jugada por la izquierda de Nacho, uno de los mejores del cuadro local, la acabó convirtiendo en gol Sergi Guardiola que celebraba con rabia el gol a su ex equipo.

Con la igualada, el Pucela se asentó en el césped de Zorrilla empujado por una afición que le llevó en volandas a lo largo y ancho de todo el partido, 16.000 almas que pasaron de "La Borriquilla' y se centraron en su pasión, el Real Valladolid. El choque iba a llegar al descanso con empate en el luminoso pero las sensaciones eran francamente buenas para un conjunto, el de Sergio, que iba a más.

Tras el tiempo de asueto, el conjunto que preside Ronaldo iba a salir con el cuchillo entre los dientes en busca de tres puntos balsámicos, necesarios y vitales con la derrota ayer del Celta en el Wanda Metropolitano.

El técnico local iba a dar con la tecla en el 60 de encuentro con un cambio, decisivo. No porque Keko, el sustituido, lo hiciera mal, sino porque Waldo, el que le reemplazó, firmó media hora tremenda.

El Getafe se iba a quedar con uno menos en el 63, tras la expulsión de Olivera y en el 68 iba a llegar el éxtasis a Zorrilla con un penalti de Djené por mano que iba a transformar Enes Ünal para el 2-1, previa revisión, eso sí del VAR.

Alegría en Zorrilla que acariciaba con los dedos el volver a ver a su equipo triunfar en su feudo. Banderas y bufandas al viento que a punto estuvieron de agitarse de nuevo en el 74 cuando Waldo, tras una contra de Nacho ponía el 3-1 en un gol que iba a ser anulado por fuera de juego. Tocaba sufrir y el Getafe se fue en busca del gol del empate, con un Mata gris y un juego mermado al jugar en inferioridad.

Gol que iba a llegar en el último minuto del choque con un Jorge Molina que transformaba un penalti en el tiempo de descuento. Nuevo mazazo para el Pucela, en esta ocasión en forma de pena máxima. Los de Sergio González se quedan con 31 puntos y piensan ya en el choque del viernes ante el Alavés.

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