Rafael Sánchez Olea, director general de Cobadu, recibió ayer en Valladolid el Premio de Honor en la gala de los VI galardones al Mejor Directivo que organiza Castilla y León Económica. Sánchez Olea fue ovacionado y recibió el reconocimiento por toda su trayectoria profesional, fundamentalmente como director general de Cobadu y por su defensa y apuesta del sector agropecuario y el cooperativismo.
El director general pronunció un sentido discurso de agradecimiento, acordándose de todas aquellas personas que han hecho posible este reconocimiento. “Estos premios suponen un reconocimiento al esfuerzo, profesionalidad y valores de las gentes de esta tierra”, éstas fueron las palabras de gratitud hacia los organizadores de estos premios, al igual que señalaba al jurado “por apreciar y poner en valor a un directivo de una cooperativa por primera vez en la historia de este Premio de Honor, así no solo honráis a mi persona y a Cobadu, sino a todo el movimiento cooperativo”.
Sánchez Olea entendió este premio “a la excelencia profesional de todo un equipo de personas que han influido en gran parte de mi vida dedicada al cooperativismo”. En concreto, se refirió al Consejo Rector, su presidente Florentino Mangas, y los socios de la cooperativa, “siempre he contado con su apoyo y afecto, siendo la mayoría de ellos no solo socios, sino amigos”. Reconoció también “el entusiasmo y la entrega” de todos los colaboradores que ha tenido a su lado a lo largo de su vida profesional, como artífices de que Cobadu sea “una empresa moderna de la que todos nos sentimos satisfechos”.
Durante su discurso, quiso acordarse también de URCACYL, de la que fue fundador y presidente desde el año 86 al 99, “fueron años de mucha ilusión y grandes dificultades, con el reto de aglutinar al mundo cooperativo a nivel regional y tener presencia a nivel nacional”. Con unas emotivas palabras, se dirigió también a su mujer y a su hijo, “sin vuestra ayuda y apoyo constante, y sin vuestra generosidad, no estaría hoy aquí recibiendo este reconocimiento.
Para finalizar su intervención, Rafael mostró “el compromiso de colaborar con todo nuestro esfuerzo, en aquellas actividades en las que humildemente podamos contribuir al desarrollo de Castilla y León”. También puso en valor las empresas y cooperativas agroalimentarias, “son un extraordinario medio para el desarrollo rural y combatir la despoblación” y reclamó “mayores líneas de colaboración entre la producción, transformación y distribución” en el sector agropecuario de la región.