El que no se consuela...
Pasó todo. El cataclismo que algunos, alejados de la realidad y de la calle, no vislumbraban se produjo, pero al revés. Hecatombe total del PP. No valen consuelos, monsergas ni explicaciones que sonrojan, porque, en esta vida, el que no se consuela es porque no quiere. La realidad es la que es. Las cifras son las que son, se vendan como se quieran vender. No es cuestión de analizar el ámbito nacional, que para eso están otros lugares y otras personas. Pero sí el ámbito regional, en esta Castilla y León 'vaciada' y en esta provincia que, aunque sigue de azul gaviota, no es más que un espejismo.
En la provincia de Salamanca no se puede hablar de "bastión" cuando el PP ha perdido cerca de 40.000 votos, quedando en primer lugar tan sólo a escasos 1.000 votos del PSOE que esperemos no se reduzcan en cantidad considerable con el voto emigrante. No se puede hablar de bastión cuando, salvo Ciudad Rodrigo y por unos cuatrocientos votos y Guijuelo, el PSOE se ha puesto al frente de las principales poblaciones de la provincia. Se salva de la quema Villares de la Reina y Carbajosa de la Sagrada donde Ciudadanos supera el Partido Popular. Es que, además y lo más preocupante, en la capital salmantina el PSOE supera el PP -después de casi tres décadas- por cera de mil sufragios. ¿Se puede hablar de bastión, victoria? Es engañarse a uno mismo. Además, ha tener en cuenta que gracias a personas como Alfonso Fernández Mañueco -que la gente de la provincia sigue confiando en él- la sensatez de Bermúdez de Castro y alcaldes como Julián Ramos y diputados como Chabela de la Torre, han salvado al PP de la quema regional y nacional. Lo demás es cosa de entuertos y miradas cortas.
Tampoco se entiende mucho esa 'gran victoria' de Ciudadanos, que tan sólo ha logrado arrancar unos 11.953 nuevos votos respecto a las elecciones de 2016 en la provincia de Salamanca cuando el PP ha perdido cerca de 40.000 y VOX, partido emergente, ha duplicado a Cs en nuevos votos, con 26.765. En las anterios elecciones, Cs se quedó a escasos 600 votos para conseguir el diputado que, ahora, sí ha logrado arrebatar al PP.
Por contra, Podemos sigue como estaba, sin representación pero es claro que ha perdido casi 9.000 votos que han ido al PSOE en esa inteligente de Pedro Sánchez de apelar al "voto útil ante las tres derechas que vienen". Además, Podemos en la provincia de Salamanca ha tenido cuatro años de total pasotismo en cuanto que sus miradas estaban más puestas en ocupar lugares en las listas y 'análisis' políticos sin sentido que en tupir una telaraña de agrupaciones y candidatos en la provincia.
La incertidumbre regional
Con estos resultados, malos tiempos pintan para los populares en Castilla y León. Cierto, nada es extrapolable, pero esa foto fija del PSOE como primera fuerza regional, con victoria en todas las provincias salvo en Salamanca -por escasos mil votos- y en Ávila, nada bueno presagia para Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP y candidato a la Junta, en su primera incursión electoral con ese cargo. A ello debe sumarse el arreón que pegará Cs en busca de ser la primera fuerza de la derecha... Ahí es donde está la clave de las elecciones venideras ¿quién cogerá esa hegemonía? Cs, en boca de sus dirigentes regionales, dejan ya meridianamente claro que "Castilla y León sueña con el fin de una pesadilla"... No termina de aclarar qué pesadilla, pero como dicen por los vaciados pueblos, 'a buen entendedor...'. Lo cierto es saber cuanto suman el PSOE de Luis Tudanca con Cs de Francisco Igea, incluso con la abstención, que la habrá de Podemos, si llegara el caso. Por ahí puede ir el venidero político y electoral. Cs ya sabe a quién tiene que morder... no se equivoque, de la izquierda no rascará un voto.
Con todo esto, la incertidumbre se cierne, también, sobre los comicios municipales y regionales. En los primeros se votará a la persona, salvo en las capitales donde las siglas seguirán con su tirón, pero las tendencias marcan el signo que se ha vivido en estas elecciones generales, con un PSOE más que crecido y el viento a favor, Cs que también tiene expectativas de crecer, el PP en sus horas más bajas y veremos con qué ánimo encauza este mes post y electoral crucial y Podemos también intentando sobrevivir al voto útil que, con total seguridad, pedirá el socialismo regional, y, finalmente, un VOX que no tira todo lo que se esperaba, cuando más que sumar a la derecha, resta y sin embargo suma a la izquierda, tanto en restos como en movilizar al electorado con el pánico que le supone un partido de ese calado.
P.D.: Por cierto, ya en el ámbito interno municipal, en unas elecciones no todo vale. No todo vale para hacer listas con personas expulsadas de otros partidos. Con listas en las que tan sólo una persona reside y está censada en el pueblo. No todo vale, porque más que buscar soluciones, lo que hace es crispar a los vecinos y el resutado, esperemos, no sirva más que para cabrear. Y de eso, Ciudadanos bien sabe y los vecinos también. Pero las urnas son las que hablan y los votantes, vamos que saben lo que no votan.
Y como dijo la difunta Rita Barberá, "¡qué hostia nos han dado, ay!".