La campaña de la Renta 2018 está en su recta final y para los más rezagados que aún no han hecho la Declaración de la renta puede ser útil conocer el tratamiento fiscal a uno de los más populares productos de ahorro e inversión: los planes de pensiones.
Los planes de pensiones se imputan como rendimientos del trabajo, pero ¿cuáles son sus características fiscales? A continuación encontrarás algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de hacer la Declaración de la Renta, según la normativa vigente aplicable a la Campaña de la Renta de 2018 a nivel nacional.
En la planificación financiera, la jubilación es "bastante" o "muy" importante para el 77,5% de los inversores consultados en el 'Observatorio del ahorro y la inversión en España 2018' de Bestinver e IESE. Así, los planes de pensiones y los planes de previsión asegurados (PPA) son un vehículo de ahorro a largo plazo atractivo, más teniendo en cuenta que tres de cada cuatro encuestados considera que la pensión pública será insuficiente, según Bestinve.
Tributación de las aportaciones
La principal ventaja de los fondos de pensiones es que tributan como un rendimiento de trabajo en el IRPF, es decir, que sus aportaciones a lo largo del ejercicio disminuyen la base imponible provocando que se paguen menos impuestos.
La asociación de la necesidad de invertir para el retiro con la figura del Plan de Pensiones y su desgravación fiscal parece estar en la raíz de la contratación de este producto, señala Bestinver en su 'Observatorio del ahorro y la inversión en España 2018', donde apunta que más de un tercio de los inversores no lleva a cabo ningún análisis previo a la contratación.
Si el contribuyente tiene un salario de 36.000 euros y realiza aportaciones por valor de 2.000 euros, la cantidad total a declarar será de 34.000 euros, lo que puede rebajar considerablemente los impuestos a pagar según los tramos del IRPF vigentes.
Con estas aportaciones, el contribuyente puede desgravarse en la declaración un máximo de 8.000 euros o el 30% de la base imponible, es decir, de los ingresos a declarar. Se pueden añadir otros 2.500 euros de las aportaciones al plan del cónyuge cuando este no obtenga ingreso alguno.
Tributación a la hora del rescate
Tras realizar las aportaciones llega un momento importante, el del rescate del plan de pensiones. Estas rentas recibidas estarán consideradas como rendimiento del trabajo y por ese dinero se deberán pagar los impuestos establecidos en la base general del IRPF, por lo que hay que escoger la forma más conveniente: capital, renta o mixta.
En este sentido, si se rescata de golpe todo el capital, la base imponible a declarar será mayor, y por lo tanto, se pagarán más impuestos. Por ejemplo, si el plan de pensiones alcanza los 75.000 euros y se rescata de una vez, la base imponible tributará al 45%.
Ahora bien, si se recupera en forma de renta con una cantidad periódica (mensual, trimestral, semestral o anual) la factura fiscal será menor. Así, pidiendo un reembolso como de 1.000 euros al mes, que equivale a 12.000 euros anuales, para complementar otros ingresos como la pensión pública, la retención será menor, en tanto que la base es inferior.
Asimismo, hay que tener en cuenta las reducciones especiales como la del 40% a los rescates en forma de capital que correspondan a aportaciones hechas antes de 2006 cuando se extraen en el año de jubilación o los dos años siguientes.
Los derechos consolidados
A diferencia de los fondos de inversión, que sólo se tributa por el beneficio obtenido por la rentabilidad de la inversión, en los planes de pensiones se tributa por los 'derechos consolidados', es decir, tanto por las ganancias como por las aportaciones.
En el ejemplo anterior, si la cantidad total de las aportaciones suman 75.000 euros y el beneficio obtenido por la inversión del plan de pensiones es de 10.000 euros, hay que tributar por 85.000 euros, que con los tramos actuales supondrían una contribución a Hacienda de unos 17.850 euros.