Cruz Roja atendió en Castilla y León a 1.012 personas solicitantes de asilo y refugiadas
Cruz Roja Española en Castilla y León atendió a 1.012 personas solicitantes de asilo y refugiadas en 2018, de las que 355 fueron menores y en un 57 por ciento personas de origen americano, el 19 por ciento europeos y el 17 africanos.
La organización ha ofrecido estos datos con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, que se celebra este jueves, 20 de junio, y ha precisado que según la procedencia las personas venezolanas se sitúan en primer lugar como receptoras de este servicio, con un 33,85 por ciento; seguidas de los de nacionalidad colombiana, con un 13,45 por ciento, y de los de nacionalidad salvadoreña, con un 11,83 por ciento.
Además, la organización ha incidido en que en la actualidad se atiende a 637 personas --de 38 nacionalidades distintas-- en alguna de las etapas de este programa, de las que 257 se encuentran en acogida temporal, lo que supone una tasa de ocupación del 97 por ciento de las 265 plazas distribuidas en 48 viviendas de la Comunidad.
Asimismo, 380 personas están en la etapa de preparación para integración y autonomía, ya fuera del recurso residencial, con asistencia en necesidades básicas y otros servicios como el aprendizaje del idioma y asesoría jurídica, psicológica y social.
Desde que se inició este programa en 2016, Cruz Roja ha atendido a más de 1.900 personas de 45 nacionalidades diferentes en la Comunidad, según ha indicado la misma organización en un comunicado recogido por Europa Press.
A nivel nacional, las nacionalidades mayoritarias de las personas atendidas por Cruz Roja en 2018 también han sido venezolanas, con el 24,8 por ciento; colombianas, con el 12,2 por ciento; ucranianas, con el 8,6, y sirias, con el 6,4. Por género, de 40 por ciento de las personas atendidas fueron mujeres y el 23 por ciento tenían menos de 18 años.
Con motivo de esta conmemoración, Cruz Roja también ha recordado la "importancia" de que los estados "renueven y fortalezcan" su compromiso con la Convención de Refugiados de 1951, fomentando los pilares de un enfoque coordinado a largo plazo para proteger a las personas refugiadas.
Este enfoque, según la organización, debería asegurar la existencia de vías legales y seguras para que el derecho de asilo sea una "realidad" en Europa, donde "muchas" personas buscan refugio y son "rechazadas" en las fronteras, "en ocasiones sin tener en cuenta su situación, ni la necesidad de garantizar su seguridad y protección", en "oposición directa" a uno de los principios fundamentales de la Convención sobre Refugiados de 1951.