La halterófila española Lydia Valentín confía en lograr su cuarta medalla olímpica en los Juegos de Tokyo, los últimos para la levantadora de Ponferrada, pero no "en diferido", aunque para ello deberá afrontar la difícil clasificación en el Campeonato del Mundo de este septiembre en Tailandia y el Europeo de 2020 en Moscú.
"Me gustaría ganar una medalla en Tokyo, pero no en diferido. El sentimiento de subirse al podio olímpico no es el mismo que te entreguen la medalla en el COE. Siento que ahora están midiéndolo un poco más y mi objetivo es seguir entrenando para dar lo máximo y espero que todas vayamos igual", manifestó en una entrevista para Europa Press la embajadora del programa 'Persigue Tu Sueño, supera los obstáculos' de Bridgestone.
La clasificación olímpica para lograr la plaza en Tokyo 2020 ha cambiado y obliga a las levantadoras a competir más veces para lograr el 'billete'. "Voy a disputar el Campeonato del Mundo en septiembre -en Pattaya (Tailandia), del 18 al 27 septiembre- y el objetivo es ése, después tendré el Campeonato de Europa el próximo año y un Gran Prix entre medias en el que tengo que competir obligatoriamente para lograr la clasificación", explicó.
Tras el Europeo de 2020 en Moscú, llegarán los Juegos, en los que Valentín aspira a sumar su cuarta medalla en otras tantas citas olímpicas, un hito que ninguna -la indonesia Raema Lisa Rumbevas y la surcoreana Jang Mi-ran, ya retiradas, tienen 3- halterófila ha logrado.
"Llevo esperando cuatro años los Juegos, aunque he disfrutado del camino. Porque en los últimos años lo he ganado todo: Europeos, Mundiales, Juegos del Mediterráneo, he sido la 'número uno' del mundo ... Es un ciclo diferente, porque es el último. Ahora te motivas de diferente porque ya lo has conseguido todo", subrayó.
En este sentido, zanjó las dudas sobre si seguiría hasta los Juegos de París en 2024. "Son mis últimos Juegos, seguro. No voy a estar 4 años más, pero no descarto que pueda volver a disputar un Europeo o un Mundial. En los Juegos decidiré: si estoy bien, pensaré si quiero competir en un Europeo o Mundial. A otros Juegos, no, pero el Mundial del 21 no lo descarto", matizó.
Una medalla olímpica o mundial "cuesta muchísimo", toda una vida dedicada absolutamente a su deporte. "Me ha costado 20 años ser campeona del mundo. Es una dedicación, una motivación constante, son muchas renuncias y superar muchos obstáculos cada día, cada semana, cada mes. Es duro, pero al final eso es lo que diferencia a unas personas de otras", indicó.
A juicio de la ponferradina, cuando un deportista "se dopa, deja de ser deportista". "Eso ya no es deporte. El deporte tiene unos valores, unas normas que, en el momento en que no las cumples y haces lo que te da la gana, ya no es el sitio en el que yo quiero estar. La gente sabe que hay dos tipos de halterofilia: la de verdad, la que son horas y horas de dedicación, años de sudor, disciplina y constancia; y la de los atajos, la sucia y oscura", comparó.
La campeona olímpica en Londres, plata en Pekín y bronce en Río de Janeiro, se siente "orgullosa de ser el referente de la halterofilia española y mundial". "También me siento orgullosa de ser el referente del deporte femenino español. Todo lo que sea fomentar el deporte femenino, me encanta", dijo.
Acerca de la oportunidad de que una mujer, Mireia Belmonte o la propia Lydia Valentín, sea la abanderada en la ceremonia de inauguración de Tokyo 2020 por el empuje de la mujer en el deporte español, no ocultó que le gustaría. "Todavía no se ha decidido quién es. Por resultados, si somos justos, o es Saúl o yo. Son tres medallas en diferentes Juegos Olímpicos", exhibió la hercúlea Valentín.