Sobran las palabras. Solo hace falta ver las caras de las familias zamoranas esperando a la llegada del autobús con los 36 niños procedentes de los campos de refugiados saharauis para entenderlo todo. Algunas familias repiten, otras se inician en esta enriquecedora experiencia, pero todas tienen un mismo pensamiento: hacer felices durante el verano a estos pequeños.
Eran las 13.00 horas cuando por fin el autobús con los pequeños saharahuis llegaba a la Plaza Mayor de Zamora. Calor sofocante, pero nada comparado a los 50 grados de los que estos 36 jóvenes huyen durante unos meses. La presidenta de la asociación Zamora con el Sáhara, Inés Prieto daba buena cuenta de ello, "la situación es inhumana, es de las veces que peores condiciones he visto, la gente está continuamente en los barracones de urgencias y hay muchos casos de muerte infantil", relataba.
Conocedores de este hecho, 36 familias zamoranas abren las puertas de sus casas a estos niños de entre 8 y 12 años, para darles, al menos, un verano mejor. Durante sus meses de estancia recibirán una atención sanitaria adecuada, ya que es posible que algunos de los niños sufran también determinados problemas de salud, como ha sucedido en años anteriores. Vivirán multitud de experiencias, conocerán o volverán a visitar muchos puntos de la capital y de la provincia, pero sobre todo recibirán el inmenso amor de sus familias zamorana, que los esperaban con lágrimas en los ojos minutos antes de su llegada.
Y para que todo sea más especial, un año más los pequeños han sido recibidos en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Zamora por el alcalde de la capital, Francisco Guarido, el cual les animaba a disfrutar de "las maravillas de Zamora" y que recibía con gusto "la ocupación" de los pequeños de su sillón de Alcaldía. Un año más, Guarido ha destacado "la enorme generosidad" de las familias participantes.
Desde Zamora con el Sáhara han agradecido especialmente la participación de la ONGD Acción Norte, que respondía al llamamiento de la asociación el pasado mes de abril y ha acogido a cuatro niños, que de otro modo, podrían haberse quedado en los campamentos de refugiados este verano.