Han pasado más de cinco siglos pero la emoción del instante sigue intacta. Mojados ha recreado con una gran implicación vecinal el encuentro entre Carlos y Fernando, los hermanos en cuyas manos estaba el devenir de la corona de Castilla y la consagración de lo que acabaría siendo el imperio que tuvo a sus órdenes Carlos V.
Mojados fue entonces, y de nuevo ahora, el corazón de aquél imperio en el que palpita aún la emoción del hecho histórico de 1517, el encuentro al que también asistieron la futura reina de Portugal, Leonor, y Adriano de Utrecht, que años después se convertiría en Papa de la Iglesia Católica.
La localidad vive estos días un viaje en el tiempo, se sumerge entre los puestos del mercado medieval, profundiza en la historia a través de las conferencias y aprende con detalle en su museo temático de Carlos V. La oferta es completa y llega también a los bares y restaurantes, con oferta gastronómica especial por estas fechas.
Pero sin duda el mayor impacto es el desfile, con cientos de participantes ataviados con los ropajes necesarios para que el joven Carlos participe con fidelidad en el encuentro que le encumbró como Rey de Castilla, cuando su hermano Fernando, que tenía 14 años, reconoció al mayor de los Habsburgos como el legítimo rey.
El príncipe Carlos permaneció dos días en Mojados, un episodio transcendental en su vida, ya que aquí conoció a su hermano Fernando, sobre quien hizo valer su papel de primogénito y sus derechos sucesorios para heredar los reinos que le correspondían y enviarle fuera de Castilla, encargándole el gobierno de otros reinos centroeuropeos.
Ahora, 502 años después de aquél momento, más de trescientos vecinos y decenas de caballos recrean el ambiente de la villa de Mojados en 1517, que sirve para dar a conocer a los visitantes la riqueza turística del municipio como son su patrimonio histórico, artístico, medioambiental, cultural y folclore local.