Veintidós ejemplares de lobo ibérico sufrieron atropellos desde 2016 en la A-1 entre el municipio de La Cabrera (Madrid) y Cerezo de Arriba (Segovia), según un informe de la asociación Circinaria, Estudio y Conservación.

La mayoría se concentran al norte de la Comunidad de Madrid y área aledaña de Segovia, en la autovía A-1 y la carretera N-110, ambas de titularidad estatal.

La asociación ha alertado de que esta situación pone en grave riesgo la viabilidad de la especie en la zona. El pasado mes de febrero, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, solicitó al Ministerio de Fomento que tomase medidas urgentemente, sin que haya habido respuesta.

La asociación lleva varios años elaborando censos de lobos atropellados en distintas carreteras del territorio español y estudiando el impacto sobre sus poblaciones. En el último trimestre de 2018, la asociación contactó con Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid para colaborar en la conservación del lobo en la región y zonas aledañas, ante la pasividad de la administración regional.

Según los datos del informe , en la última década se ha producido el establecimiento de cinco grupos de lobo ibérico en el Sistema Central, en el área atravesada por la autovía A-1 y la carretera N-110, en las provincias de Madrid y Segovia, con una población estimada de 25 ejemplares.

Es en esta área donde se ha centrado el estudio de la asociación que afecta a la Comunidad de Madrid y zonas aledañas de Segovia. Ambas infraestructuras son de titularidad del Ministerio de Fomento y, por tanto, la gestión, también le corresponde a esta administración.

Desde 2016 a mayo de 2019, en la autovía A-1, se ha constatado la muerte de diez lobos en un tramo de veintidós kilómetros, entre el municipio de La Cabrera (Madrid) y Cerezo de Arriba (Segovia).

El colectivo ha apuntado que las causas principales de los atropellos son el mal estado del vallado perimetral de la infraestructura (que no impide el paso de los animales), la insuficiencia de pasos de fauna y el mal diseño de los existentes.

La carretera N-110, a su paso por la provincia de Segovia, entre Gallegos y Riaza, es otra zona caliente. En el mismo periodo, en el área geográfica del estudio de Circinaria, se han detectado seis lobos atropellados (aunque ha habido otras dos muertes unos kilómetros al sur de la zona de estudio). Esta carretera carece de vallado perimetral y de pasos de fauna.

Esto suma 16 lobos atropellados en un periodo de apenas tres años y medio, de una población media de 25 ejemplares adultos y subadultos en el área de estudio. El elevado número de bajas en estas dos infraestructuras se debe a que fragmentan el hábitat del lobo, obligándole a atravesarlas frecuentemente para acceder a sus territorios de caza y campeo.

A esto hay que añadir, según la asociación, otras 6 bajas por atropello en otras vías, como las producidas en Manzanares el Real en 2016 (M-608), Guadalix de la Sierra (M-608) en 2018, San Lorenzo del Escorial (M-600) en 2018, Madarcos (M-137) en 2019 y fuera de la zona de estudio, en Torrecaballeros (N-110) en Segovia, dos atropellos en 2018.