El conocido como techo de cristal continúa siendo una barrera invisible pero muy real para las profesionales del siglo XXI. La reducción por cuidado de los hijos, la reincorporación al trabajo tras la maternidad o la necesidad de horarios flexibles para compatibilizar con el cuidado de familiares dependientes, junto con políticas gubernamentales que no fomentan la flexibilidad, se traducen en una falta de diversidad en las compañías que tiene un impacto económico real, debido a la pérdida de talento femenino.
No es una coincidencia que las empresas estén perdiendo el talento femenino cuando las profesionales rondan entre los 30 y los 40 años, justo en el momento en que muchas de ellas están empezando a formar una familia. Esta situación implica que las oportunidades de negocio para crecer, desde una perspectiva de diversidad, inclusión y beneficios, se verán reducidas. En un contexto social en que la gente es cada vez más consciente de la importancia de la diversidad, en todos los ámbitos, cada vez más empleados demandan políticas que les permitan conciliar la vida personal y la laboral.
La mayoría de los profesionales admiten que lograr un buen equilibrio entre el trabajo y la vida privada es clave para su felicidad personal pero también para el buen desarrollo de sus funciones profesionales. En este sentido, según una encuesta reciente realizada por IWG, el principal proveedor mundial de espacios de trabajo, se ha revelado que actualmente el 50% de los empleados de todo el mundo están trabajando fuera de su oficina principal al menos 2,5 días a la semana y el 85% de ellos confirman que la productividad ha aumentado en su negocio gracias a las políticas de trabajo flexible. Unas cifras que demuestran cómo el trabajo flexible es igualmente beneficioso tanto para empleados como empleadores.
Frente a estas tendencias globales, las administraciones públicas continúan apostando por modelos desfasados como la obligatoriedad de fichar o la reciente sentencia de la Audiencia Nacional admitiendo la rebaja de sueldo por retrasos a la hora de entrada en empresas con control de jornada, aunque el trabajador compense los minutos perdidos al final del día.
La flexibilidad laboral no solo busca evitar largas horas de trabajo, también aspira y consigue que los negocios cambien sus culturas evitando el presentismo y aplicando políticas de inclusión. Estas medidas resultan necesarias para todos, pero en especial para ciertos perfiles como pueden ser las madres que se acaban de incorporarse de una baja maternal porque les facilita poder compaginar su nueva faceta con su carrera profesional. Las empresas son cada día más conscientes de que la promoción de la mujer ofrece una enorme oportunidad económica, que muchas empresas corren el riesgo de perder si siguen centrándose en la presencia por encima de la productividad.
Hoy en día el 95% de las reducciones de jornada por cuidado de hijos o familiares dependientes siguen correspondiendo a mujeres1. El estigma que viene con la frase "a tiempo parcial", que insinúa una falta de compromiso y responsabilidad, no tiene por qué aplicarse. Las empresas harían bien en promover entornos inclusivos en los que se valore a todos por la contribución que hacen, en lugar de por el tiempo que pasan en su escritorio. La promoción de la mujer ofrece una enorme oportunidad económica que muchas empresas corren el riesgo de perder si siguen centrándose en la presencia por encima de la productividad.
Philippe Jiménez, country manager de IWG Group España, comenta que “este modelo laboral está impulsando la inclusión y la diversidad en el lugar de trabajo al lograr aliviar algunos de los retos a los que se enfrentan los trabajadores y, muy especialmente, las mujeres. Igualmente, desde IWG somos conscientes de que los horarios y los lugares ágiles facilitan este equilibrio al mismo tiempo que aseguran mantener la productividad y unos niveles adecuados de rendimiento para las empresas”.