Villoruela, el municipio de la mimbre y la cestería de Las Villas, ha honrado este martes a la Virgen del Carmen y al Cristo de la Esperanza, en el día grande de sus celebraciones patronales.

Uno de los momentos más emotivos es cada año la misa y posterior procesión. Decenas de vecinos del municipio y de otros pueblos de la zona acompañaron a los dos pasos por el recorrido y después rememoraron el tradicional remate de banzos.

Esta tradición consiste en pujar para hacerse con uno de los cuatro puestos de las personas que portan los pasos durante la procesión el próximo año. La peculiaridad es que la puja se realiza con celemines, una cantidad de trigo que antes se empleaba como moneda de cambio.