En la madrugada del día 22 de julio, sobre las 02:00 horas, agentes de la Policía Nacional que se encontraban de servicio realizando labores de prevención de la delincuencia en las calles del centro del ciudad, próximas a Plaza España,observaron cómo un varón introducía uno de sus brazos en el interior de una máquina expendedora 24 horas que presentaba el cristal completamente fracturado.
Ante los hechos expuestos, los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía se bajan del vehículo policial, para proceder a identificación del varón, el cual portaba en su mano izquierda varias cajas de productos de los que se exponían a la venta en la máquina que tenía el cristal fracturado.
El varón resultó ser un ciudadano de nacionalidad portuguesa de unos 30 años de edad, y al portar una mochila se lleva a cabo el registro en el interior de la misma, encontrando dieciséis paquetes de chicles de diferentes marcas, dos paquetes de patatas fritas, una lata de Coca-Cola, dos paquetes de galletas y dos cajas de palitos de galleta con chocolate. Todos ellos productos expuestos a la venta en la máquina y que faltan de su lugar de ubicación.