Castilla y León ha registrado 18.197 contratos temporales convertidos a indefinidos en el primer semestre de 2019, la segunda cifra más alta de la década, ya que supone una caída del 1,7 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se convirtieron 18.512, según ha indicado la empresa de contrataciones temporales Ranstad.

Durante el primer semestre de 2019, el 45,6 por ciento de los contratos indefinidos de la región provenían de uno de duración determinada, 8,2 puntos porcentuales por encima de la media nacional (37,4%).

Mientras, a nivel provincial, más de la mitad de los contratos indefinidos firmados en Zamora (50,7%) y Burgos (50,2%), fueron temporales. También se encuentran por encima del 45% Soria (49,7%), León (49,5%), Palencia (47,5%) o Salamanca (45,1%). Con tasas más discretas se encuentran Segovia (42,1%), Ávila (40,5%) y Valladolid (40,2%).

Tras registrar la cifra más elevada en 2008 (18.741), este tipo de contratos descendió durante seis ejercicios consecutivos hasta registrar la cifra más baja en 2014 (8.526). Desde ese año, los contratos de duración determinada convertidos a indefinidos aumentaron durante los siguientes cuatro años para experimentar un discreto recorte del 1,7 por ciento en 2019.

En el conjunto del país, 397.702 contratos de duración determinada se han convertido en indefinidos, la tercera cifra más elevada de la serie histórica, aunque supone una caída del 2,5 por ciento con respecto al mismo periodo año anterior, cuando se convirtieron 397.702. Se trata de la primera vez que el volumen de este tipo de contratos se reduce desde 2013.

Por otro lado, el 37,4 por ciento de los indefinidos procedieron de uno temporal, una tasa que es la más elevada de los últimos siete años y supone cinco de crecimiento consecutivo. La cifra más alta se registró en 2011, cuando el 42,2 por ciento de los contratos indefinidos procedían de una conversión.