Villavieja de Yeltes culmina esta jornada sus fiestas de la Virgen de Caballeros. Pero son también toros, ya que este municipio, conocido como la ‘capital del Campo Charro’, está rodeado de ganaderías de reses bravas. Por ello, las actividades taurinas se convierten en tradicionales y atraen a cientos de aficionados de otros municipios, como la capea nocturna, que tiene como características que cuando un aficionado se encuentra entre los pitones del ganado se apagan las luces con el consiguiente susto del resto de participantes, que no saben muy bien donde aparece situada en ese momento la res.

Pero si algo sobresale son los encierros de Villavieja. Porque los encierros en este municipio tienen historia, emoción y corredores con mucha experiencia y profesión. Dos son los encierros que se celebran cada mediodía de fiesta. Uno, con los novillos que serán lidiados en la tarde por los toreros de rigor, en el que los erales corren calle abajo, desde los nuevos toriles porque antes venían a caballo -tierra de caballeros es la Capital de la Charrería-, acompañados por los cabestros.

Aunque, no es menos cierto, que se conserva un encierro a caballo, como ha sido el celebrado en esta mañana calurosa de viernes, que resultó rápido y limpio, y mucha concurrencia de aficionados, sobre todo fuera del casco urbano para vivir la emoción del toro y el caballo en el campo. El segundo encierro se corre con novillos para el disfrute de los aficionados, que resultan muy concurridos y donde no faltan los cortes por los grandes profesionales de Villavieja.

REPORTAJE GRÁFICO ANTONIO FIZ