El periodo estival es la época del año en que las comidas fuera de casa y el consumo de alimentos ricos en azúcares y bebidas carbonatadas son más frecuentes. Las vacaciones, con la consiguiente pérdida de la rutina, y los malos hábitos bucodentales, pueden provocar serios problemas de salud oral.
Uno de los problemas dentales más comunes al regresar de vacaciones son las caries que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son el trastorno más prevalente de entre las enfermedades bucodentales. Las caries son perforaciones que se producen en la estructura de los dientes como consecuencia de la acción de la placa bacteriana acumulada, provocada por una mala higiene bucodental y una dieta rica en azúcares y almidones. Este tipo de alimentos, especialmente si se ingieren entre comidas, facilitan que las bacterias cariogénicas se activen para digerirlos y producen ácidos que atacan los dientes.
La prevención es la clave para mantener unos dientes sanos. Evitar las golosinas, la bollería industrial o las bebidas azucaradas, así como cepillarse los dientes después de cada comida y utilizar seda dental ayudará a reducir las posibilidades de padecer este tipo de problemas. Por otro lado, una revisión en una clínica dental después de las vacaciones es la mejor manera de prevenir riesgos innecesarios y asegurarse de que la salud oral sigue intacta después del verano.
Además, existen alimentos que ayudan a combatir el riesgo de sufrir caries y otras complicaciones o dolencias bucales derivadas de una higiene dental deficiente. Los expertos de Sanitas Dental han elaborado un listado de alimentos que se deben incluir en la dieta diaria para minimizar el riesgo de padecerlas.
1. Yogures y lácteos: El calcio, presente en alimentos como los lácteos, es un componente esencial para evitar la aparición de caries. Productos como la leche o los yogures son una importante fuente de este mineral que ayudará a conseguir una dentadura fuerte y sana. Además, otros lácteos como el queso tienen la capacidad de neutralizar la formación de ácidos que deterioran el esmalte. Como alternativa a estos alimentos, los cereales, las verduras u hortalizas de color verde oscuro también tienen un alto contenido en calcio.
2. Apio y zanahorias: Consumir zanahorias crudas ayuda a fortalecer los dientes y las encías, ya que, al masticarlas, evitamos que las bacterias se adhieran a los dientes, además de mejorar el riego sanguíneo. Esta hortaliza activa también las glándulas salivares, clave para eliminar las bacterias de la cavidad oral, y contiene flúor, un mineral fundamental para mantener el esmalte y evitar la aparición de caries. De la misma forma, el apio también favorece la producción de saliva gracias al ácido málico, que ayuda a limpiar la dentadura e impide la aparición de manchas en los dientes.
3. Pescado azul: La acumulación de bacterias, presentes en los restos de comida, es la principal causa de problemas periodontales como la gingivitis. La vitamina D facilita la absorción del calcio y el fósforo, haciendo las encías y dientes mucho más resistentes a este tipo de infecciones. Esta vitamina está presente, por ejemplo, en pescados azules como el atún, las sardinas o el salmón.
4. Huevos y legumbres: De la misma manera que el calcio, el fósforo es otro elemento imprescindible para el correcto mantenimiento de la estructura de los dientes. Los huevos son un alimento con un alto contenido de este mineral presente en dientes y huesos, que también puede encontrarse en legumbres como garbanzos o lentejas.
5. Manzanas y kiwi: Morder una manzana, fruta rica en fibra, contribuye a la limpieza bucal eliminando bacterias que favorecen el desarrollo de caries y gingivitis, ya que, al masticarla, se produce en la dentadura un efecto que puede asemejarse al del cepillado y se favorece la eliminación de la placa. Otras frutas, especialmente las que contienen vitamina C como el kiwi, pueden ayudar a la producción de colágeno, principal componente de las encías y fundamental para mantener una buena salud bucodental.