La Guardia Civil se ha incautado de más de 140 cajas de botellas de vino de la bodega de la Denominación de Origen Rueda que presuntamente falsificó contraetiquetas, por lo que se detuvo a su propietaria, y ahora se investiga si este producto ha llegado al extranjero después de haberse detectado, además de en Castilla y León, en las comunidades de Asturias y Cantabria.
La operación, denominada 'Fictor', ha supuesto la detención de M.J.D.H, de 53 años, vecina de Rueda, por un supuesto delito de falsificación de certificados --penado con entre uno y cuatro años de prisión-- y otro contra la propiedad industrial --que podría conllevar una pena similar--. Además, se ha solicitado una analítica del caldo para analizar su calidad y condiciones, aunque se considera "poco probable" que pudiera ser perjudicial para la salud.
Los detalles de la operación los han presentado este lunes el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Emilio Álvarez; el teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, Javier Peña; y el director de la Denominación de Origen Rueda, Santiago Mora.
Peña ha explicado que la investigación arrancó con la denuncia interpuesta con fecha 18 de julio de 2019 por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda en la que se pone en conocimiento supuestas irregularidades en el contra etiquetado de ciertas botellas de una bodega perteneciente a la Denominación.
Consistía en el contraetiquetado del vino elaborado en el 2018 con numeraciones correspondientes a vino cosechado el año 2017, infracción regulada por la Denominación, pero que motivó la investigación de la Guardia Civil, por medio del Equipo ROCA de Medina del Campo, en colaboración con los inspectores del propio organismo regulador.
Así, se procedió a inspección a la bodega, donde se observaron posibles irregularidades en un lote de 86 cajas, tanto en la numeración del contraetiquetado como en una posible falsificación de las etiquetas por lo se procedió a la inmovilización de las mismas, aunque Javier Peña ha aclarado que no todas las botellas presentaban irregularidades, sino que estaban intercaladas.
Una vez detectadas estas irregularidades, se ha llevado a cabo un minucioso estudio tanto de la producción como de la comercialización de las marcas que elabora la bodega investigada, con el fin de localizar aquellas botellas cuya contraetiqueta tenga visos de estar falsificada atendiendo a las directrices que marca Rueda.
Distribución
Así se pudo constatar que las botellas con supuesto contraetiquetado irregular se distribuyen en localidades de Cantabria y Asturias, por lo que los agentes se desplazaron a estas comunidades y pudieron localizar tanto a las distribuidoras como establecimientos que vendían el producto --cuyo precio de venta al público puede oscilar entre los 5 y los 15 euros-- .
Se trata de tres distribuidoras de la zona norte, las cuales, sin tener conocimiento, comercializaba el vino a diferentes establecimientos, por lo que se toman numerosas manifestaciones y se realizan multitud de inspecciones, dando como resultado la intervención de más de 50 botellas que pudieran presentar una falsificación en el contraetiquetado, algunas distribuidas ya en comercios y establecimientos hosteleros y se inmovilizaron más de 60 cajas para su estudio antes de que salieran al mercado.
A este respecto, Javier Peña ha destacado la labor de investigación que se ha visto dificultada por el hecho de que la bodega comercializa cuatro marcas. Por ello, ha incidido en que la investigación continúa abierta para ver hasta dónde ha llegado el vino, ya que podría estar incluso en el extranjero.
Una vez realizado el estudio de las contraetiquetas se desprende que las etiquetas no corresponden a los parámetros que la Denominación de Origen Rueda marca en sus etiquetas y las mismas no han sido distribuidas por ellos, ya que éstas se imprimen exclusivamente en dos empresas y además cuentan con un sello único en España con un relieve especial que se implementó hace algo más de un año como medida de seguridad.
Por tanto las etiquetas que se presentan son falsificación de las que ellos distribuyen, motivo por el cual la bodega estaría cometiendo un presunto delito de falsificación de certificados y contra la propiedad industrial.
El teniente coronel de la Guardia Civil ha detallado que las pruebas practicadas indican que estas etiquetas se hicieron "ad-hoc" e incluso presentaban números reimpresos con una impresora normal.
Además, se da la circunstancia de que la bodega, entre 2016 y 2018, solicitó unas 130.000 contraetiquetas menos (40.000 al año aproximadamente) y su producción ronda las 750.000 botellas. Peña ha explicado que podría deberse a una bajada de producción, pero también a su sustitución por las falsificadas.
Situación anormal
A este respecto, el director de la Denominación ha explicado que esta circunstancia también es "bastante anormal" dado que las bodegas han registrado crecimientos "significativos" cada año.
Ante estos hechos, la Guardia Civil detuvo el 11 de septiembre a la propietaria de la bodega como presunta autora de un delito de falsificación de certificados y otro contra la propiedad industrial y ha remitido las diligencias al Juzgado de Instrucción de Medina del Campo. La detenida quedó en libertad una vez tomada declaración en dependencias de la Guardia Civil.
Santiago Mora ha apuntado que la explicación que da la bodega ahora es que es un etiquetado "erróneo" y se hace con picos sobrantes de otras añadas en un producto calificado en la presente.
El director de la Denominación ha recordado la labor de control y cumplimiento de la normativa que realiza el organismo regulador con el fin de velar por la calidad de sus vinos, líderes del blanco y proteger a las 3.000 familias que viven de estos caldos en las provincias en las que las se sitúa la Denominación, que además de ubicarse fundamentalmente en Valladolid abarca municipios de Segovia y Ávila.
En este contexto, el subdelegado del Gobierno ha avanzado que se trabaja en un acuerdo de colaboración con la Denominación y la Guardia Civil para intensificar la colaboración en el control tanto de la labor de la vendimia como del transporte y el almacenamiento, según ha añadido Peña.
El teniente coronel ha recordado que ya la Guardia Civil tiene suscrito un protocolo de colaboración con la Asociación Española de Denominaciones de Origen y se trata de estrechar esta colaboración con la inspección de establecimientos, controles y la inspección de trabajo.
Además, ha señalado que esta colaboración, cuyas directrices se diseñan, se realizaría "a modo de prueba" y arrancaría con Rueda pero podría extenderse a otras denominaciones de origen y otras provincias.