Centenares de salmantinos agolpados en las vallas esperaban este jueves la llegada de los protagonistas de 'Mientras dure la guerra'. Y muy especialmente la de su director, Alejandro Amenábar, que testaba en el Teatro Liceo un metraje que ha generado muchas expectativas y, de momento, cosecha nominaciones y buenas palabras. Veremos si también premios. Lonas enormes caían por la fachada del Liceo hasta el suelo de una plaza engalanada para la ocasión y presidido por una alfombra roja.
Desfile de actores, invitados, y autoridades, entre las que destacaron el presidente de la Junta de Castilla y León Alfonso Fenández Mañueco, quien era alcalde cuando se produjo el rodaje en las calles de la ciudad. Tampoco quiso perderse la cita Francisco Igea, vicepresidente de la Junta, ni el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, además de una nutrida representación municipal, entre los que estaban la teniente de alcalde de Ciudadanos Ana Suárez, o el portavoz socialista, José Luis Mateos, entre otros. No faltó tampoco el nuevo delegado de la Junta, Eloy Ruiz, ni otras fuerzas vivas de la ciudad.
Antes del estreno, Alejandro Amenábar explicó a los medios de comunicación a pie de alfombra cómo ha sido su comunión con la ciudad. “La pregunta es por qué la eligió Unamuno, porque él era nacionalista vasco. Vino aquí a Salamanca y algo pasó porque se quedó prendado. Yo he querido contar la historia de Unamuno en sus últimos meses y, obviamente, había que retratar Salamanca”. Una ciudad que se ha volcado con la película. “Es lo que hemos tenido desde que hemos llegado, apoyo de las instituciones y mucho cariño de la gente, tanto de los que participaban, porque había salmantinos en el equipo técnico y artístico, como de la gente que nos saludaba a pie de calle, que es algo que no se ve todos los días. El reto era intentar sacarla lo más bonita posible, pero ya es muy bonita, así que no fue difícil”, concluyó.
También se paró ante la nube de micrófonos Karra Elejalde, Unamuno en la película, responsabilizado ante el reto, pero derrochando simpatía a su paso. “La interpretación ha sido muy forzada, llevando mucho maquillaje encima, pero ha sido una delicia ponerme en manos de este hombre. Tengo que agradecer mucho a la gente de maquillaje porque nuestro trabajo es multidisciplinar y eso nos aúna, nos convierte en una familia. Solo cuando todo está bien, el plano vale”. Y sobre la dificultad de encarnar a Unamuno, Elejalde destacó que “como en todo personaje que está en las antípodas de ti, hacer dejación de quién eres tú, e intentar incorporar a un hombre tan poliédrico, que daba muchos bandazos y, sin embargo, se puede considerar coherente”.
Otra de las interpretaciones más destacadas es la de Francisco Franco a cargo de Santi Prego. “Imagínate, con un director internacional y un personaje tan difícil. Uno se mete poco a poco en el papel durante seis meses. Trabajando con Alejandro, hablando por whatsapp, yendo a su casa... Es una película importante porque creo que el pasado es presente. Fíjate, estábamos en la peli y todo el mundo tenía una historia de Franco”, valoraba el actor.
Por su parte, el reconocido Tito Valverde, cuyo papel, “interesante, pero nada gracioso”, es el del presidente de la Junta de Defensa Nacional, Miguel Cabanillas, aún habiendo confesado no haber visto la película, reconoció que le ha sabido “a poco” trabajar con Alejadro Amenábar. "Es un director que lo hace muy fácil. No grita, te da pistas sobre lo que él quiere y te deja hacer. Es muy enriquecedor trabajar con él", destacó antes de que el equipo y los invitados entraran al Liceo para ver la esperada película.
Cinco minutos de aplausos
Tras la proyección, el juicio de los presentes fue unánime. Ovación 'eterna' a una Alejandro Amenábar que saludó de pie en su butaca durante al menos cinco minutos. Allí recibió el abrazo del raparto y las autoridades y el cariño de los invitados. Aún en el hall del teatro, se mostraba exultante ante algunos periodistas. “La película llega independientemente del signo político de la gente. Es una película integradora en la que flota el espíritu de convivencia. Creo importante que entendamos que en mi bloque hay gente que vota a un partido y el del quinto votará a otro... Y tenemos que salir a la calle y convivir. Por eso he insistido tanto en la bandera y en la dimensión nacional de la película”, explicó.
Sobre la emoción que ha sentido al recibir ese aplauso y el cariño de la gente, el director se mostró agradecido. “Yo me emocionó poco. Pero sí, estoy muy agradecido por cómo nos ha abierto las puertas Salamanca, cómo se ha volcado la gente, su cariño y su entrega. Y eso además se nota en la película. Yo lo que esperada es devolver una película que estuviera a la altura de ese cariño”, concluyó. Parece que lo ha conseguido.