Francisco Igea ha querido poner de manifiesto durante su discurso en el acto de Exaltación celebrado en la Plaza del Fuero de Brañosera los derechos que se adquieren con la llegada de la democracia a España para los cuales, según el vicepresidente y consejero, son necesarios otros aspectos como el cumplimiento de las leyes o la consecución de libertades. Además ha hecho un llamamiento a “todos los partidos políticos” para “trabajar juntos” y acometer cambios en aspectos como la ordenación del territorio: “En Castilla y León se han perdido 130.000 habitantes y la tendencia no será mejor si no se toman medidas decisivas al respecto, queremos ayuntamientos con una fuerza suficiente para que presten los servicios sin depender de otras instituciones”, ha expresado.
Una apertura al debate de un asunto “esencial” que, según Igea, merece “más que una vista corta de cara a una campaña electoral, debemos sentarnos para ver cómo conseguimos repoblar la comunidad”. Máxime, según ha añadido Francisco Igea, ante la tendencia demográfica que se presenta en Castilla y León y que “debe frenarse” para evitar el riesgo de “no supervivencia” que tendría la comunidad. Por ello, ha puesto a Brañosera como ejemplo de “repoblación” y autogobierno, eje central de la festividad que se ha conmemorado en este municipio palentino.
La exaltación del Fuero de Brañosera, que se celebra anualmente desde 1993, gira en torno a la Carta Puebla, un manuscrito muy útil para comprender el funcionamiento de las primitivas instituciones jurídicas de la Edad Media pero también el actual sistema de administración municipal. El documento se erige además como el más antiguo no solo de todos los de la corona de Castilla, sino de toda España. Fue redactado en su primera versión el 13 de octubre del año 824 y posteriormente confirmado en otros tres escritos de Gonzalo Fernández en el año 912, Fernán González en 968 y Sancho García en el 998.
El texto fue escrito durante la época de mayor dominio musulmán sobre la Península Ibérica y cuyo valor histórico reside fundamentalmente en el poder que otorgaba el Conde Munio Núñez en nombre del Rey Alfonso II a los habitantes que repoblaron esta zona de la montaña palentina. Branni-Ossaria, como se conocía entonces a la actual Brañosera recibía así por primera vez el poder del autogobierno con el que se demarcaban los límites sobre los que tenían competencia y control, además de gestionar una serie de normas y pagos que serían tarea de los pobladores designados para ello, Valerio, Félix, Zonio, Cristóbal y Cervello.
Se convertía así en el primer municipio de España y marcó una guía que siglos después se desarrollaría en el desarrollo de instituciones democráticas como los ayuntamientos. La celebración del acto de exaltación del Fuero de Brañosera celebró su primera edición en agosto de 1993 aprovechando la mayor afluencia de gente en la comarca en la época estival. Desde entonces, la plaza del Fuero con el Monolito al Municipalismo construido en 2007 o la propia puerta del Ayuntamiento son algunos de los enclaves elegidos por los turistas que acuden a esta zona ubicada en plena Montaña Palentina.