Gente, mucha gente, muchísima gente. La marcha contra el cáncer de Valladolid ha vuelto a amplificar hoy su capacidad de sorpresa, de romper límites y superar récords. La inscripción se cerró el sábado con 56.478 participantes, pero antes de la salida cientos de personas se han incorporado a la iniciativa de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Valladolid, que en ocho ediciones ha logrado consolidar la caminata más multitudinaria de todo el país y hoy ha contado con más de 58.000 participantes.
Nadie se quiere perder ya un evento que se ha convertido en un emblema de la solidaridad de Valladolid, ciudad y provincia unidas para mostrar su apoyo al trabajo que desempeña la AECC y colaborar con sus becas de investigación. Una jornada para que el anonimato se multiplique y cada ciudadano aporte de manera individual su granito de arena a una gesta colectiva.
Tampoco se han querido perder la cita los políticos, de todos los partidos y administraciones, en una cita que también tiene un punto reivindicativo expresado en el fondo del objetivo de la AECC, financiar la investigación contra el cáncer y paliar, en gran medida, la escasez de aportaciones públicas para poder desarrollar más proyectos que avancen estrechando el cerco a las múltiples caras de esta enfermedad.
Con lo recaudado con esta marcha, 5 euros de cada inscripción además de la aportación de los patrocinadores (Iberdrola, El Corte Inglés...) se renovará la financiación de la Ayuda de investigación de la doctora Irene Ferrer y su proyecto dedicado a avanzar contra el cáncer de pulmón.
A lo largo del recorrido la marcha ofrece multitud de imágenes impactantes por la tremenda afluencia y la densidad de andarines a lo largo de calles y avenidas. El paso rodeando la Plaza Mayor o las intersecciones del recorrido entre los puentes e Isabel la Católica eran enclaves donde se valoraba especialmente la infinita hilera de camisetas verdes.