El récord está cerca de batirse. La Asociación Española Contra el Cáncer ha informado, en declaraciones a NoticiasCyL y tras el cierre del jueves, que la Marcha Contra el Cáncer del domingo cuenta ya con más 52.462 inscritos en lo que volverá a ser una muestra de solidaridad que convertirá Valladolid en la ciudad en la que se centren todos los focos con la marea verde como protagonista.
En ella estará Julio González Medina, un militar jubilado de 52 años, nacido en Gijón pero que vive en Laguna de Duero que suma ya siete años como voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer y que ha sido golpeado de forma severa por esta terrible enfermedad que golpeó a su madre y también a su padre.
Pregunta. Hace ocho años, ni más ni menos, le dieron una de las noticias más duras de su vida. ¿Cuál fue y cómo la afrontó?
Respuesta. Lo primero que sientes cuando te hablan de cáncer en una persona tan cercana es el miedo. Te bloquea tanto que es imposible asimilar nada. Luego viene la impotencia. Hasta entonces no conocía la Asociación Española Contra el Cáncer.
P. ¿Cómo recuerda ese momento, cómo se entera su madre?
R. Mi madre se notó un bulto en el pecho cuando se duchaba. Estaba en su pueblo, Ceinos de Campos. Me llamó para comentarmelo. Fui a buscarla para llevarla al médico y ahí fue cuando apareció el cáncer.
P. Desde entonces es voluntario de la Asociación Española Contra el Cáncer. ¿Por qué decide tomar esa decisión?
R. Me hice voluntario para que nadie se sintiera nunca más tan sólo como nos sentimos mis padres y yo frente a la enfermedad.
P. Al final no solo sufre a la persona a la que le detectan ese cáncer, también lo hace toda la familia. ¿Cómo lo llevó usted?
R. Al principio muy mal. Estaba muy desorientado. Además tenía que dar ánimos a mis padres cuando yo estaba aterrado de miedo. El médico y las enfermeras me hablaron de la Asociación Española Contra el Cáncer y todo fue a mejor.
P. Hace dos años, el cáncer le volvió a dar otro duro golpe…
R. Así es. Cuando ya nos habíamos recuperado de la situación con mi madre, el cáncer nos golpeó de nuevo. Esta vez fue a mi padre con un cáncer de pulmón que no dio la cara e hizo metástasis en el cerebro. En dos meses se lo llevó.
P. ¿Qué necesidades tienen los pacientes oncológicos que el sistema sanitario aún no ha sido capaz de cubrir?
R. Desgraciadamente podemos decir que son muchas. Desde sillas de ruedas, camas médicas o un lugar donde estar si no son de Valladolid. Una visita de alguien que les comprenda cuando están en el hospital o en las sesiones de quimioterapia. Charlas con ellos mientras se toman un café en el hospital les ayuda mucho.
P. ¿Y sus familias?
R. Los familiares necesitan que alguien les explique la situación y, sobre todo, que alguien les escuche a la hora de desahogarse.
P. ¿Cree que es importante la figura del psicooncólogo en el tratamiento de los pacientes con cáncer?
R. Desde mi punto de vista y en mi opinión es imprescindible.
P. ¿Qué ha hecho en estos 8 años como voluntario?
R. Podría decir que he hecho casi todo. Desde hacer filtros para focos de luz hasta cuestaciones con huchcas, regalar flores o vender lotería.
P. Es voluntario de sede. ¿Qué quiere decir eso?
R. Quiere decir que realizo cualquier labor tanto para dar a conocer el trabajo de la Asociación Española Contra el Cáncer como para recoger fondos para investigación oncológica, etc.
P. Antes era voluntario de hospital pero la muerte de su padre le dejó tocado… ¿En qué consistía este otro tipo de voluntariado?
R. El trabajo del voluntario de hospital consiste en visitar a los enfermos de cáncer que están ingresados o en sesiones de quimioterapia siempre, eso sí, que ellos quieran.
P. ¿Cómo valora la labor del voluntario, dentro de la Asociación Española Contra el Cáncer? Un voluntariado que todos los 5 de diciembre celebra su día.
R. El voluntariado, para mí, es una entrega a los demás. Todas, o casi todas, las personas que conozco han sufrido el ataque del cáncer en su propia carne o en la de una persona querida. Y eso te llega.
P. ¿Y cómo valora la labor de la AECC en Valladolid?
R. Llevo ocho años en la Asociación Española Contra el Cáncer y cada vez estoy más orgulloso de pertenecer a esta institución.
P. Su hijo y su pareja también son voluntarios. Están muy implicados con la causa.
R. Apoyan todo lo que pueden y lo que les dejan los estudios y el trabajo.
P. ¿Cómo están siendo estos días con la VII Marcha Contra el Cáncer a la vuelta de la esquina? ¿Mucho trabajo?
R. Los días que he ayudado son cansados. Son muchas las personas que quieren colaborar y te llena de alegría ver tanta buena gente junta luchando por una buena causa.
P. ¿Cómo participa en la marcha?
R. Siempre me he dedicado a ayudar a los que la hacen. Indico recorridos, recojo cuando todo acaba… Eso he hecho en las siete ediciones anteriores.
P. ¿Se superará el récord de esos 53.000 inscritos en esta ocasión?
R. Estoy convencido de que sí.
P. Un deseo y un objetivo en la lucha contra el cáncer.
R. Espero que algún día el cáncer sólo sea una enfermedad superable. Mientras, mi objetivo es ayudar en lo que pueda para apoyar en la investigación.